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“Amor y violencia”, editado por Planeta, relata la historia de Nelly Rivas, fallecida hace dos años y que en diciembre de 1953, a sus 14, fue llevada a vivir a la residencia presidencial en Buenos Aires.
Según la reseña del libro, desde ese día y hasta el derrocamiento de Perón en septiembre de 1955, la joven se instaló en el palacio Unzué, entonces residencia presidencial, y ocupó el dormitorio que había sido de Eva Duarte de Perón –fallecida en julio de 1952–, “sin que trascendiera el círculo íntimo”.
Inicios de la historia
Nelly Rivas integraba la Unión de Estudiantes Secundarias y, según el testimonio de la mujer, las jóvenes tenían admiración por Perón y soñaban con convertirse en la nueva “Evita”.
“Sería una gran falsedad no reconocer que cada una de nosotras quería ser una segunda Evita. Con la edad que ya teníamos, él alimentaba nuestro romanticismo y nuestras agitaciones corporales”, relató.
El libro fue escrito por Juan Ovidio Zavala, que fue abogado de los padres de Nelly Rivas –acusados de complicidad por estupro– y recoge los testimonios de la mujer, entre ellos, su tristeza por la separación obligada por el derrocamiento.
“Cuando él me besó a la salida de la residencia y me dijo: ‘Llévate los perritos, nos vemos pronto, buena suerte’, yo solo era una mujer muy triste, con mucho miedo. Nadie, nadie, podrá comprender todo el sufrimiento por el que he pasado”, relató Nelly, en un extracto del libro publicado por el diario Clarín.
¿Abuso o amor?
En 1956, el Gobierno de facto que derrocó a Perón juzgó al destituido presidente por estupro.
Preso, Perón le envío, según el libro, dos cartas a Nelly, a quien llamaba “querida nenita”.
“Sos lo único que tengo y lo único querido que me queda”, le escribía Perón, que firmaba como “tu papi”.
Perón se presentó con la joven Nelly Rivas en el primer Festival de Cine de Mar del Plata, en marzo de 1954, cuando ya vivía con él en la residencia presidencial de Buenos Aires.
“Zavala, yo no lo digo mucho, pero usted se imagina que hacía ya tiempo que me sentía su mujer. Él me trataba como tal ¿y usted piensa que yo no asumía esa condición? Alguna persona mala dijo, y otras muchas lo repitieron con el afán de hacerle daño al general, que el Festival de Mar del Plata había sido nuestra luna de miel. A usted le parece que si hubiera sido así, ¿eso estaba mal?”, relató la mujer.