CARACAS (AFP, EFE, Reuters).Ledezma, retenido en instalaciones de la policía secreta del régimen, es el segundo de los tres principales líderes opositores más firmes que va a prisión.
Esta semana cumplió un año preso Leopoldo López, mientras que es investigada, pero en libertad, la destituida diputada María Corina Machado.
Luego de que la policía secreta llevara a Ledezma a sus instalaciones, la Fiscalía venezolana declaró que presentaría cargos contra el alcalde en las “próximas horas”.
Los fiscales Katherine Harington y Yeison Moreno manejan la imputación al alcalde por “estar presuntamente incurso en hechos conspirativos para organizar y ejecutar actos violentos contra el Gobierno”, informó la Fiscalía.
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El gobernante Nicolás Maduro ya había justificado ese arresto el jueves, alegando un anuncio publicado hace una semana en la prensa, con la firma de los líderes radicales Ledezma Machado y López, en el que planteaban la necesidad de una transición democrática.
“Se llevaron a Antonio Ledezma a punta de golpes (...), llegaron destrozando todo lo que encontraron a su paso, no dieron tiempo a hablar, no dieron tiempo a enseñar ninguna orden de nada”, denunció Mitzy Capriles de Ledezma, esposa del político.
Los efectivos “dispararon al aire en varias oportunidades” para dispersar a la multitud que se había reunido, añadió la mujer.
“Al alcalde Ledezma se lo llevaron detenido más de 80 funcionarios, todo un despliegue para llevárselo, no le presentaron una orden de detención”, dijo su abogado.
Denuncia permanente
Maduro ha jalonado sus dos años de gestión con reiteradas denuncias sobre planes golpistas e intentos de magnicidio, con el telón de fondo de una inflación que roza el 70% anual, devaluaciones encubiertas y penosa escasez de bienes básicos.
Al carecer de límites el Gobierno “puede inventar todos los días un cuento, una gran conspiración. Son habituales casi a diario las denuncias sobre magnicidio o intentos de golpe”, dijo el director de Human Rights Wartch, José Vivanco.
“Apresar a los dirigentes opositores puede desviar momentáneamente la atención del problema económico, pero solo lo empeorará”, dijo el analista político Luis Vicente León.
