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Ardern se convertirá en la primera ministra más joven de la historia neozelandesa. En 2008 era la parlamentaria más joven de su país.
Esta carismática política, hija de un expolicía y antigua feligresa mormona que votó a favor de la legalización del matrimonio gay, es la tercera mujer en llegar a la jefatura del Gobierno neozelandés.
Sus promesas electorales incluyen la lucha contra la pobreza infantil, acceso a la vivienda, enseñanza universitaria gratuita, reducir la inmigración y despenalizar el aborto.
Su irrupción en política fue comparada con la del primer ministro canadiense, Justin Trudeau, y el presidente francés, Emmanuel Macron.
A pesar de criarse como miembro de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (mormones), Ardern, que se define como “social con ideas liberales”, se apartó de ella en 2005 por un conflicto entre las ideas religiosas y sus puntos de vista políticos.