Fariñas, que desde 1995 realizó casi una treintena de protestas similares, afirmó que dejó de consumir alimentos y líquidos desde el miércoles en coincidencia con el primer aniversario del restablecimiento de relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos.
“No le estamos pidiendo al Gobierno que no nos arreste –eso nos orgullece– sino que paren las golpizas, las torturas cuando nos arresten”, declaró vía telefónica desde su vivienda en Santa Clara, oeste de la isla.
Fariñas publicó una carta dirigida al presidente Castro en la que asegura que se mantendrá en huelga hasta que el Mandatario se comprometa a que los opositores ya no serán “más torturados, golpeados, amenazados de muerte” ni les serán iniciadas “causas espurias” o incautados sus bienes.
“Iré hasta que me concedan lo que estoy pidiendo o hasta morir”, señaló. El Gobierno cubano, que niega tener prisioneros políticos, no se pronunció sobre las declaraciones de Fariñas.
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Según el opositor de 54 años, la oposición enfrenta una “escalada de violencia” desde que el gobierno de Castro reanudó relaciones con Estados Unidos, después de más de medio siglo de enfrentamientos iniciados en el marco de la Guerra Fría.
“Ellos se sienten legitimados por el Gobierno de Estados Unidos y por la Unión Europea”, bloque con el que La Habana alcanzó un acuerdo en marzo.