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El candidato del PMDB tampoco tiene mucho calado, aunque las encuestas previas le atribuyen un 1% de apoyo.
No obstante, en un escenario fragmentado en el que cerca de la mitad de los electores se declaran indecisos, todo está por definirse.
Meirelles saltó a la política desde la banca en 2002, cuando fue elegido diputado por el Partido de la Social Democracia Brasileña, el principal antagonista de Lula, quien ese año fue elegido presidente.
Contra todo pronóstico, Lula lo nombró como presidente del Banco Central, un cargo en el que se convirtió en el principal consejero económico de un Gobierno que obtuvo unas extraordinarias tasas de crecimiento, aprovechando la bonanza económica que gozó nuestra región en ese tiempo.
Fue nombrado ministro de Hacienda por Temer, quien asumió el poder en 2016, tras el proceso que llevó a la destitución de Dilma Rousseff.
Como ministro, Meirelles contribuyó a acabar con la más aguda recesión de la historia de Brasil, iniciada durante la gestión de Rousseff, con medidas liberales, que rescataron la economía tras el despilfarro de la bonanza económica en la época de Lula-Dilma, por la corrupción y el clientelismo político.