KIEV (EFE).Los combates llegaron ayer al periférico barrio Petrovski de Donetsk, cuyos vecinos denunciaron explosiones, persistentes tiroteos y daños a las infraestructuras, según las autoridades locales de esa urbe habitada por un millón de personas antes del inicio del conflicto.
“Según datos sin confirmar, hay víctimas entre la población civil”, informó la asamblea local de Donetsk.
Las tropas ucranianas están a las puertas tanto de Donetsk como de Lugansk, ambas bajo un continuo fuego de artillería del que se culpan los dos bandos, prácticamente cercadas y aisladas del resto del territorio controlado aún por los separatistas prorrusos.
Ucrania cuenta con el beneplácito de la comunidad internacional para hacer lo necesario para expulsar a los milicianos de las dos regiones orientales en las que estalló hace tres meses la sublevación prorrusa.
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La ciudad de Lugansk, en la que un centenar de civiles han muerto por fuego de artillería desde finales de julio, ha perdido casi a la mitad de sus habitantes, que han huido de la guerra sobre todo a la vecina Rusia.
El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) asumió ayer los datos proporcionados por Rusia, según los cuales este país ha acogido a 730.000 refugiados del conflicto.
“Parecen creíbles los datos aportados por Rusia. Los ucranianos que han cruzado la frontera no son turistas. Han huido de la situación en el este de Ucrania”, admitió en Ginebra el director de la oficina para Europa del ACNUR, Vincent Cochetel.
De esos 730.000, solo 168.000 han solicitado algún grado de protección a las autoridades rusas.
Otros 117.000 ucranianos se han registrado como desplazados internos, aunque el ACNUR cree que la cifra real podría ser mayor, ya que los hombres prefieren ocultar esa condición al Gobierno ucraniano para no ser llamados a filas o por temor a represalias si vuelven a sus casas.
En Lugansk, permanecen alrededor de 250.000 de sus habitantes, la mayoría jubilados y familias con niños pequeños que no pueden abandonar sus viviendas por distintas razones, informó ayer el Ayuntamiento de esa ciudad, capital de la región homónima.
“Permanecen en condiciones de catástrofe humanitaria”, en una ciudad que carece de suministro eléctrico, agua, comunicaciones y combustibles, advirtieron las autoridades locales.
Tras varias semanas de combates entre las fuerzas de Kiev y los separatistas en los accesos a la ciudad, en manos de los prorrusos, también escasean los alimentos y los medicamentos en Lugansk y en otras ciudades.
