La protesta comenzó cerca de las 17:00, cuando los internos del principal centro penitenciario del país comenzaron a hacer ruido con golpes de palo y metales, amenazando incluso con amotinarse si no accedían a sus reclamos.
“Pidieron que sus documentos no queden varados y se puedan agilizar. Otro de los pedidos fue la reanudación de las visitas. El viernes se resolverá eso”, explicó el sacerdote Eugenio Valdez.
Ante el temor de un posible amotinamiento, efectivos militares y policiales rodearon el perímetro del reclusorio, con patrulleras y hasta una tanqueta. Sin embargo, no se llegó a incidentes y una comitiva judicial, así como del Ministerio de Justicia acudió al lugar para escuchar sus reclamos.
“Está todo bien. El barullo que escuchan es a modo de hinchada. Los internos piden la mayor celeridad para recibir las visitas; eso se daría en la semana con la aplicación de medidas sanitarias. La decisión se tomará dentro de la semana”, indicó el viceministro de Política Criminal, Rubén Maciel.
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“Felizmente, no tenemos casos de covid-19. La población está sana”, añadió.
