Al menos seis meses de investigación le llevó a la fiscalía, la Aduana y la policía uruguaya desbaratar toda una estructura delictiva que operaba en ese país que introducía cigarrillos paraguayos de contrabando.
El trabajo incluyó intervención de celulares, seguimiento a los sospechosos y hasta rastreo satelital mediante los aparatos celulares para determinar el lugar por dónde se movilizaban. El operativo finalmente dejó –como resultado en esta primera parte– 19 personas detenidas, 12.000 cajetillas de cigarrillos paraguayos decomisados y la certeza de que la banda criminal ingresó miles de cajas de mercadería paraguaya desde Brasil.
Dentro del relato que hace la jueza de Primera Instancia de Río Branco, María Isabel Rodríguez, para justificar sus medidas contra los investigados, detalla los procedimientos, las declaraciones y algunas de las incautaciones realizadas dentro de “Caciques de humo”, que involucró a cientos de agentes de la Aduana, de la Policía uruguaya y de efectivos de la Unidad antilavado de la justicia de ese país.
“El Paraguayo”
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En una de las 37 hojas de la sentencia se hace referencia a la figura de “El Paraguayo”, uno de los contactos al que hace mención uno de los detenidos en su declaración testifical y que también aparece en las grabaciones de las escuchas telefónicas.
Según lo que relata la investigación, “El ¨Paraguayo” estaría radicado en Guaíra, ciudad brasileña que limita con Salto del Guairá, en la frontera con nuestro país. La identidad del mismo no fue revelada por las autoridades de ese país.
Uno de los interrogados por la justicia uruguaya confesó que en setiembre de este año pagó a “El Paraguayo” US$ 148.000 para el envío de 700 cajas de cigarrillos paraguayos. Se encargaba de que los cigarrillos pasen al lado brasileño desde nuestro país vía terrestre o fluvial y de ahí en camiones hasta la frontera con Uruguay.