Se trata de Fabricio Arnella, quien fue previamente advertido por el presidente del Tribunal de que debía quedarse quieto, porque distraía a los magistrados con sus sucesivos cambios de lugar y conversaciones con otras personas.
Molesto por la advertencia, Arnella dijo que “nadie le iba a sacar” del juicio, y luego de una breve discusión con el presidente del Tribunal, este dispuso su retiro de la sala.
Ante la nueva negativa y la resistencia del joven en abandonar el lugar, el colegiado dispuso su retiro por medio de la fuerza pública y su arresto disciplinario en la guardia del Poder Judicial, donde permaneció bajo custodia hasta la finalización de la audiencia, ya en horas de la tarde. El Tribunal dispuso la prohibición del ingreso de Arnella a la sala de juicio hasta su conclusión.
De esta manera, Fabricio Arnella ya no podrá volver a ingresar a la sala de juicios orales por no haber guardado la compostura durante el desarrollo del caso.
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Si bien los juicios son públicos, los jueces tienen la potestad de disponer que una persona que conspira contra el desarrollo del caso sea sacada por la fuerza pública e incluso prohibir su entrada hasta que termine el juicio oral.
