El cuerpo de Julio César, quien llegó a trabajar como secretario de Deportes de la Municipalidad de Coronel Oviedo, había sido hallado el sábado de mañana en el Km 133 de la Ruta 7, a unos metros de una conocida estación de servicios de las afueras de la ciudad, con signos de haber sido torturado salvajemente y con al menos seis impactos de bala.
La saña con la que se consumó el homicidio condujo a los policías de la división de Investigación de Delitos del Quinto Departamento a indagar el entorno más cercano de la víctima, hasta que los uniformados allanaron ayer, en Coronel Oviedo, una bodega denominada La Barra Tragos, en el mismo predio donde vivía el hasta ese momento principal sospechoso, Óscar Javier Rojas Ruiz, de 22 años.
En el cateo, además de capturar al joven, los agentes recuperaron, por ejemplo, el celular del fallecido, la llave de su camioneta, prendas manchadas con barro y el arma homicida, una pistola calibre 45.
Ante la contundencia de las evidencias en su contra el joven confesó el asesinato y alegó a los policías que supuestamente reaccionó contra el abogado porque este lo acosaba permanentemente, pese a que ambos ya habían terminado la relación sentimental que mantenían.
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El dato fue posteriormente confirmado por el jefe de Orden y Seguridad de Caaguazú, comisario principal Miguel Orué.
El asesinato de Julio César Ayala Caballero conmocionó a toda la ciudad de Coronel Oviedo y al departamento de Caaguazú, ya que se trataba de una persona muy conocida, lo que a su vez motivó que incluso se declarara duelo distrital por el fallecimiento del deportista.