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El jefe del departamento Antinarcóticos de la Policía, comisario principal Arsenio Correa, uno de los que encabezan la pesquisa en la zona baja del departamento de Canindeyú, declaró ayer que los datos fueron proporcionados por el detenido Delio Almada Jiménez (58), padre de la joven Antonia Maribel Almada Chamorro (19), asesinada junto al periodista Pablo Medina el 16 de octubre de 2014 en la misma zona.
El hombre fue capturado en una operación en la que cayeron también su hijo, Delio Ramón Almada Chamorro (29), así como el político liberal local Ricardo Giménez Martínez (38), quien perdió las últimas elecciones municipales de Villa Ygatimí y es hermano del exdiputado Andrés Giménez. Otro arrestado por la causa es Marcos Echeverría (47), también poblador del lugar.
Conocidos marihuaneros
El comisario Correa señaló que Delio Almada Jiménez contó que el domingo de noche llegaron a su casa otros tres conocidos marihuaneros de Villa Ygatimí: Julio Florentín, Lucio Franco Rojas y Alcides Medina Brítez, alias Kure.
La vivienda de la familia Almada Chamorro cuenta con custodia policial por ser testigos protegidos del caso Pablo Medina.
Supuestamente, Julio, Lucio y Alcides le dijeron a Delio que contactaron con unos compradores interesados en un cargamento de marihuana que tenían oculto en un tambo de la colonia Nueva Alianza, a 15 kilómetros del centro de Villa Ygatimí, por lo que se decidieron a ir a mostrar el producto a los supuestos financistas.
Fue así como Delio Almada Jiménez, Julio Florentín y Alcides Medina Brítez fueron en la camioneta Toyota Hilux “mau” que manejaba este último, en tanto que el otro cultivador, Lucio Franco Rojas, acompañó a los supuestos compradores en una camioneta Nissan Terrano.
Justamente, los supuestos compradores resultaron ser el jefe de Investigación de Delitos de Curuguaty, oficial inspector Ariel Antonio Páez Valdez (34), y otros dos agentes a su cargo, el suboficial 2º Daniel Villalba Chaparro (27) y el suboficial 2º Adriano Gamarra Navarro (29), este último propietario de la camioneta Nissan Terrano.
Siempre según el relato del detenido, cuando faltaban unos ocho kilómetros para llegar al centro de acopio donde se encontraba la droga, la camioneta Terrano de los policías se empantanó en el camino, por lo que se adelantó el otro vehículo con la intención de remolcarlo con una piola.
Delio Almada Jiménez señaló que él mismo se bajó de la Hilux para atar la cuerda a la Terrano, pero que justo en ese momento se bajaron del vehículo los tres policías armas en la mano y se identificaron como uniformados.
Neutralizaron al hombre equivocado
Después de que los tres policías de la división de Investigación de Delitos de Canindeyú se identificaron e intentaron capturar a los traficantes, el chofer de la Hilux, Alcides Medina Brítez, alias Kure, también bajó con una pistola calibre 9 mm en mano, que tenía un cargador con 30 tiros.
Conforme a los datos recabados, los uniformados dispararon y mataron a Julio Florentín, porque sospechaban que este era el que podría estar armado, pero al tratar de reducir a los otros ya fueron acribillados por Kure.
En medio de la balacera, cayeron muertos también el oficial inspector Páez y el suboficial 2º Villalba, mientras que el otro uniformado, Gamarra, resultó gravemente herido.
Este último, quien portaba un fusil que fue recuperado en la escena, mientras se desangraba, llamó por teléfono y avisó del tiroteo al recientemente nombrado viceministro de Seguridad Interna, Jalil Rachid, porque antes trabajaba con él como custodio.
A partir de entonces se libró la alerta por la frecuencia policial, mientras tres de los cuatro marihuaneros huían hacia un monte, según los datos.
Sobreviviente debe dar su testimonio
Para confirmar o descartar la versión ofrecida por el supuesto marihuanero Delio Almada Jiménez, la Policía espera la recuperación del único agente sobreviviente, el suboficial 2º Adriano Gamarra Navarro, quien sigue en delicado estado. El efectivo fue trasladado a Asunción debido a sus graves heridas, y su testimonio será determinante para aclarar el confuso como mortal episodio. Ayer, a propósito, corrieron versiones de que el atentado tuvo que ver con una represalia por el último decomiso de 1.000 kilos de marihuana en la colonia Maracaná.