Vilmar se quejaba de Pablo y Flavio andaba en el bandidaje, dice exchofer

Benito Núñez, de 28 años, fue arrestado por la Policía el miércoles de tarde en Pedro Juan Caballero, ciudad donde según dice reside desde el año 2013. En su declaración de ayer ante la fiscala Sandra Quiñónez, en Asunción, confirmó que trabajó para el intendente de Ypejhú Vilmar Acosta Marques, alias Neneco, primero como mecánico particular y después como chofer y hasta guardia de seguridad, con un salario de G. 1.250.000 en la Municipalidad de dicha ciudad.

Justamente, el salario insuficiente que percibía como funcionario municipal le obligó renunciar y volver a vivir con su familia en el departamento de San Pedro en el año 2013, refirió.

Benito Núñez admitió haber activado a su nombre el número de teléfono celular 0983-614.362, que utilizaba habitualmente Neneco y que aparece en el cruce de llamadas en la investigación del asesinato del periodista Pablo Medina y de la joven Antonia Almada, en un ataque ocurrido el 16 de octubre de 2014 en Villa Ygatimí.

El exchofer, quien fue liberado tras su declaración ayer, confirmó que Neneco, actualmente preso en Tacumbú, siempre se quejaba de Pablo Medina porque supuestamente hablaba mal de él.

Las publicaciones de nuestro compañero Pablo sobre el clan Acosta Marques, lastimosamente, le llevaron a la muerte.

“Ya no es simpático este señor; cualquier cosa ya dice de mí”, pronunció en una ocasión Vilmar Acosta Marques frente a su secretario Benito Núñez, de acuerdo con el relato de este último.

En cuanto a los dos sicarios que materializaron el doble homicidio, Wilson Acosta Marques y Flavio Acosta Riveros, Benito Núñez dijo que nunca conoció al primero porque en aquella época el hermano mayor de Vilmar vivía en Brasil y casi nunca aparecía por Ypejhú, donde a su vez tenía cuentas pendientes con la justicia por una serie de homicidios.

De Flavio, en cambio, explicó que “siempre andaba en el bandidaje” y aseguró que “no quería trabajar”, entre otras cosas.

Wilson hasta ahora sigue prófugo y Flavio está preso en Foz de Yguazú, Brasil, pero con un proceso de extradición abierto y que podría dilatarse aún un par de meses. Para la Fiscalía General y la Policía, el caso se encuentra prácticamente aclarado.