Reforma no pudo contra prebendas y burocracia

Este artículo tiene 6 años de antigüedad
“Yo marcho por la educación”: movilización que en agosto realizaron estudiantes secundarios exigiendo más esfuerzo del Estado en mejorar la calidad de la educación que reciben.
“Yo marcho por la educación”: movilización que en agosto realizaron estudiantes secundarios exigiendo más esfuerzo del Estado en mejorar la calidad de la educación que reciben.Archivo, ABC Color

Si bien se logró mayor inclusión en la educación formal, la reforma planteada a principios de los 90 no logró superar la burocracia ni la dependencia del sistema educativo de los partidos tradicionales, cosas que atentan contra los avances que se pretenden en la formación de los paraguayos.

El reconocido analista del sector educativo Melquiades Alonso explicó que en el momento en que se planteó la reforma educativa, a principios de los 90, los objetivos eran salir de la reciente dictadura, construir democracia, e insertar al país el mundo globalizado. “Lo que hemos pedido a la reforma educativa, que forme a ciudadanos nuevos, respetuosos de la democracia, que no vendieran su voto, que no actuaran sobre la base del fanatismo, no se consiguió (...). Esos postulados que se plantearon entonces no se pudieron conseguir”, indicó.

Como avance en la educación, Alonso señaló que “hay que ser realista y reconocer que antes no sabían leer ni escribir y muchos no iban a la escuela. Hoy se van a la escuela y hay quienes terminan por lo menos el sexto grado; otros que hacen el noveno grado, no aprendieron todo lo que debieran aprender, pero muchos aprendieron y están en mejores condiciones que como antes estaban”. Sin embargo, el analista afirma que no solo es necesaria la formación intelectual, sino que es necesario hacer énfasis en la construcción de convivencia y ciudadanía.

El analista considera que debería avanzarse hacia la formación de un ser humano que pueda construir un mundo mejor, con pensamiento crítico y una acción crítica alentada por valores trascendentes. “Pero tenemos que discutir, necesitamos poner sobre la mesa estas cosas. No es cuestión de que alguien decida lo que se va a hacer en el futuro; pienso que ya en este momento las políticas educativas tienen que ser el resultado de la participación de la gente”, consideró, aunque resaltó que para debatir hay que dotar a la población de información y debe haber criterio.

El enemigo

Todos los beneficios, en un solo lugar Descubrí donde te conviene comprar hoy

Alonso también lamentó que no se haya podido superar el prebendarismo y la burocracia existentes en el Ministerio de Educación. “Lastimosamente se mercantilizó la formación de docentes, el Ministerio no fue capaz, fracasamos por ejemplo en la autonomía del sistema educativo de los partidos tradicionales y seguimos con ese tipo de problemas. Y la burocracia del Ministerio, que es una cosa que atenta en contra de tener un buen sistema educativo. Hay docentes buenísimos y hay otros que no, y no valoramos a los que realmente se esfuerzan”, dijo.

El analista dijo que no pasa simplemente por mejorar las condiciones de trabajo y el salario de los docentes, sino que debe haber “una motivación profunda, compromiso con una causa”, lo que en Ministerio no supo incentivar. “El docente no se siente parte del sistema educativo. Ve al resto del sistema educativo casi como un enemigo”, apuntó.

Melquiades Alonso señaló que en estas condiciones, ahora “nosotros necesitamos que alguien desde el sector público nos diga que hay un desafío de construir algo distinto, animémonos y que el propio Ministerio se anime. (...) Es mucho lo que hay que cambiar, pero es posible cambiar. Cuando la gente se entusiasma, hace maravillas”, finalizó.