Confiados en que bendición les dará paz

“Estoy feliz porque el papa Francisco visitará el sitio donde tanta gente murió. Los familiares aún no encontramos la paz por la falta de justicia”, manifestó Miguel Samudio (67), quien perdió a su hijo Gerónimo (35), a su nieta Isabel (13) y a su nuera Roberta (29) en el incendio del supermercado Ycuá Bolaños, ocurrido el 1 de agosto de 2004, en Trinidad.

https://arc-anglerfish-arc2-prod-abccolor.s3.amazonaws.com/public/OG522VLG25AO7BXDYXKRR5VGUE.jpg

Cargando...

“Solo el Estado nos indemnizó con G. 86.900.000. Y los Paiva, sin haber cumplido la condena, ya están en libertad. Por eso el dolor no pasa y espero que la presencia del Papa haga posible la tan esperada justicia por la muerte de nuestros seres queridos”, dijo don Samudio, quien desde que ocurrió la tragedia trabaja como cuidador voluntario del improvisado Memorial, ubicado en el local siniestrado.

“Solamente entre los 400 ángeles tengo paz”, manifestó y agregó que el 12 de julio próximo participará activamente del programa que están preparando las víctimas y familiares del Ycuá Bolaños para recibir al Pontífice.

Por su parte, el encargado de cuidar el santuario, Anselmo Vallejos (64), manifestó que al igual que su amigo don Samudio, trabaja voluntariamente para abrir de 8:00 a 12:00 y de 13:30 a 18:00 el local para atender a las numerosas personas que se dan cita todos los días para prender una vela a sus seres queridos fallecidos.

“Solo sentado largas horas en el santuario tengo paz y felicidad y me siento acompañado por mis seres queridos fallecidos. La presencia del papa Francisco mitigará aunque sea en parte el inmenso dolor que aún tenemos todos los que perdimos a nuestros familiares, hace 11 años”, dijo.

Don Samudio espera que los jóvenes de la zona de Trinidad recuperen la fe, valoren la vida y dejen el vicio de la droga y el alcohol y tengan fuentes de trabajo.

Recordó con tristeza que hace 11 años, en el incendio, perdió a su esposa Dalila Palacios (46) y a su hija Leticia Angélica Vallejos, de 23 años. Solo quedó con vida un hijo, Rolando Vallejos, quien actualmente tiene 35 años.

“La indemnización que recibí del Estado la destiné a la compra de una casa para mi hijo. Y actualmente en mis ratos libres trabajo como chofer, para ganarme la vida, pero vivo solo, en el barrio Trinidad”, concluyó.

Enlance copiado
Content ...
Cargando...Cargando ...