La iniciativa que promovió la creación del grupo #AhoraPy buscaba en principio que los US$ 360 millones que recibiría nuestro país de Brasil, por la cesión de energía de Itaipú, fueran depositados en un fondo fiduciario que permitiera garantizar su destino a programas de mejoramiento de la educación desde diferentes frentes: capacitación docente, construcción de mejor y mayor infraestructura, inversión en ciencia y tecnología y programas de complemento nutricional para la infancia.
Sin embargo, el recorte fue tal que hoy se dispone de solo US$ 100 millones de estos recursos para el desafío de transformar la educación.
Este fue el tema de una audiencia pública que se realizó ayer en la sala bicameral del Congreso y en la que los miembros de #AhoraPy criticaron el manejo poco transparente de esos fondos, tanto por parte de la administración central, como de los municipios y gobernaciones.
Empresarios y comunicadores instaron a la ciudadanía a involucrarse en el futuro de la educación, organizarse y pedir a los intendentes y gobernadores que expliquen qué destino han dado a los millonarios recursos recibidos hasta hoy.
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En vista de que los municipios y gobernaciones, durante la época electoral, lograron que se les asignara el mayor porcentaje de recursos del Fonacide, en detrimento del Fondo para la Excelencia de la Educación, la presión ciudadana y la gestión de representantes de #AhoraPy lograron que se obligara a los municipios y gobiernos departamentales a utilizar el 80% de los recursos que recibieran del Fonacide a programas de complemento nutricional y a la refacción y construcción de infraestructura escolar dentro de su territorio.
Transferencias sin resultados
Durante el 2012 y en lo que va de esta primera mitad del año, los municipios y gobernaciones ya recibieron G. 230.000 millones, es decir más de 50 millones de dólares.
Sin embargo, las transferencias no se traducen en resultados en términos de mejor infraestructura escolar, puesto que persisten las denuncias por escuelas que se inundan o que funcionan en muy precarias condiciones.
Como si fuera poco, días atrás se confirmó en varias escuelas de Itapúa que las galletitas que debían consumir los alumnos contenían gusanos y arena; situaciones que fueron mencionadas durante la audiencia en la bicameral.