En el continente, solo Guatemala lo iguala y a nivel mundial, nuestro país se ubica al nivel de naciones del continente africano, según el mapa del nivel de hambre del Programa Mundial de Alimentos de Naciones Unidas.
El referido porcentaje equivale a aproximadamente 1.700.000 personas. Este índice se basa en una estimación de la proporción de la población que no tiene acceso a un aporte calórico suficiente para llevar una vida saludable. Es decir, las personas que se alimentan mal o directamente pasan hambre.
El Programa Mundial de Alimentos de Naciones Unidas tiene una escala de cinco categorías para calificar el nivel de subnutrición en cada país, siendo la escala 1 con muy bajo porcentaje de desnutrición en la población (menos del 5%) y la 5 para indicar igual o superior a 35%.
Los países africanos como Angola, Chad, Kenia y Uganda están en la misma categoría de nuestro país.
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El informe señala que la alimentación es la necesidad más básica para la supervivencia. Una de cada ocho personas, en término medio, se acuesta todas las noches con el estómago vacío.
La Organización para la Alimentación y la Agricultura (en inglés Food and Agriculture Organization, FAO), en su informe de “Estado de la inseguridad alimentaria en el mundo”, apunta que el crecimiento agrícola sostenible es a menudo eficaz para llegar a los pobres, teniendo en cuenta que la mayoría de los pobres y hambrientos vive en las zonas rurales y depende de la agricultura para una parte importante de sus medios de vida. La FAO expone en ese sentido que el crecimiento no necesariamente tendrá como resultado una mejor nutrición para todos.
Esta situación es lo que ocurre en Paraguay, teniendo en cuenta que somos grandes exportadores de carne, granos y electricidad. Este último de suma importancia para la utilización de artefactos para la industrialización y conservación de alimentos.