Dura realidad de las familias que vuelven a los bañados

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Nelson Antonio Machuca y su pareja Gladys Godoy volvieron a reubicarse en la zona baja del Bañado Sur, después de que bajaran las aguas que arrasaron esa zona.

Nelson es pescador, pero no recibe el subsidio del Estado porque no se registró como tal. El día en que le entrevistamos, Nelson estaba en la casa. No pudo ir a pescar porque el día anterior una piraña casi le dejó sin el dedo índice de la mano derecha.

Cuando las aguas cubrieron su precaria casa, de tabla, chapas y hule, Nelson se fue con su esposa y sus dos hermosas niñas a Villarrica, donde unos parientes les dieron un lugar para quedarse. En ese tiempo, Nelson se dedicó a la changa, a trabajos menores, para salvar la comida del día.

Asimismo, relata que hace cinco años viven en el Bañado Sur, sobre la calle José de Antequera y Castro, que a estas alturas es un polvorín, casi cerca de 38 Proyectada.

La familia de Nelson vive una realidad muy distinta de otras familias que también están sobre la calle José de Antequera, pero hacia el centro. Son como dos mundos diferentes sobre una misma calle, separados apenas por algunas cuadras.

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La realidad de Nelson y su familia hoy es que no saben hasta cuándo se van a quedar allí, ante la amenaza de que nuevamente viene una crecida, probablemente para marzo. “Ropytáta ko’ápe ikatumihápeve” (vamos a quedarnos hasta cuando sea posible), dice Nelson, mientras hace una curación de su dedo índice, que un día antes casi fue comido por las pirañas.

Varias visiones, una misma realidad

En plena charla con la familia de Nelson se acerca al equipo de ABC Color María Magdalena Coronel, también residente del Bañado. Al contrario de lo que opinan Nelson y su mujer, María Coronel no quiere saber nada de abandonar el bañado para ir a otra ciudad. “Qué vamos a ir a hacer lejos de Asunción. Nosotros acá tenemos trabajo porque todos somos recolectores”, manifestó enfáticamente María.

Nelson y su mujer, en cambio, sí están dispuestos a abandonar el bañado. Quieren la oportunidad de una casa. Quieren la oportunidad de tener una vida digna.