La ciudad de San Antonio, por ejemplo, administrada por el imputado intendente Raúl Isaac Mendoza Ramos (liberal llanista), está infestada de basura, no por culpa de los pobladores, sino por la incapacidad del jefe comunal. El intendente nunca supo administrar correctamente el servicio de recolección de desechos sólidos, pese a que maneja un presupuesto millonario para el área.
Desde el 2018 el jefe comunal se aferraba a la tercerización de la recolección y una de las estrategias para presionar es la de ofrecer un servicio deficiente y de adrede al parecer dejaba la basura acumulada en las veredas en todos los barrios.
Hasta hoy día varias zonas siguen afectadas por el mal servicio y se encuentran minadas de basura. Algunos optaron en llevar sus desechos a los baldíos o zanjas, porque no podían tener frente a sus casas por el mal olor y la proliferación de alimañas.
En estas condiciones el único puerco es el intendente, que ahora aprovecha el tema del dengue para poder multar a los propietarios de predios baldíos sucios y además intima a los lugareños a limpiar sus casas, pero él no se digna en retirar los desechos.
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Además, el jueves último, la Junta Municipal declaró estado de emergencia para la ciudad por 60 días, un cheque en blanco para que el intendente disponga de recursos económicos. La Comuna debería de realizar charlas y jornadas de concienciación y ser ejemplo en mantener limpia la ciudad y no solo buscar sacar ventajas económicas y que finalmente no sabemos dónde van a parar.
La epidemia avanza porque existe inconsciencia ciudadana, pero también están los intendentes puercos y mercenarios que solo buscan sacar beneficios personales y no la de crear conciencia y fomentar la limpieza durante todo el año.