Lacerante realidad de la salud pública

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La caótica y desesperante situación del servicio que brindan el Instituto de Previsión Social (IPS) y el Ministerio de Salud Pública a los pobladores del distrito de Bahía Negra obligó a los pobladores a manifestarse para exigir que se revierta la lacerante situación de abandono en la que se encuentran en materia de atención sanitaria.

En pleno siglo 21, el cuidado de la salud de los más de 5.000 habitantes de Bahía Negra está a cargo de un solo médico, Marcos Aguilar, que debe hacer milagros a la hora de intentar dar soluciones a los males que padecen los pacientes. Otros dos renunciaron, hartos de tanta precariedad.

El IPS y el Ministerio de Salud, mediante un convenio de dudosa legalidad “fusionaron” los servicios en Bahía Negra y en otros distritos del interior de nuestro país con el falso objetivo de “aunar esfuerzos” para ofrecer atención de calidad. En todos los casos resultó un tremendo fracaso, pero se mantiene con total falta de transparencia y falta de respeto a los asegurados y no asegurados.

El viejo local que pertenece al IPS se cae a pedazos desde hace años. Con cada lluvia que se registra las salas se inundan debido a las numerosas goteras del techo; el equipamiento que según el convenio está a cargo del Ministerio de Salud no puede ser más precario.

Como ni IPS ni el Ministerio de Salud prevé rubros para sueldo de un chofer y para cubrir gastos de combustible de la ambulancia, los pacientes y sus familiares deben recurrir a la colaboración de las personas o de algún político para pagar un conductor y gasoil.

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En las paupérrimas instalaciones desde luego no se realizan ni cirugías menores. Los pacientes que necesiten este servicio deben ser evacuados al Hospital Regional de Fuerte Olimpo, distante a 200 kilómetros.

Como tampoco el hospital cabecera de Alto Paraguay ofrece garantía de la atención, el paciente muchas veces es derivado a nosocomios de Asunción, lo que significa otro viaje de 800 kilómetros; 1.000 kilómetros en total.

En el 2019, el Ministro de Salud Julio Mazzoleni destituyó a una médica que entonces ocupaba el cargo de directora del Hospital Regional de Fuerte Olimpo por denunciar la precariedad de los servicios por no tener respuesta a sus pedidos en la secretaría de Estado y la Región Sanitaria de Alto Paraguay. Esperemos que el doctor Marcos Aguilar no corra con la misma desgracia.

calmiron@abc.com.py