Remarco que es la lógica que está vigente con fuerza de ley y que todos estamos obligados a asumirla y respetarla. Todos. Es muy importante esta palabra: “todos”.
Por el covid-19 se nos pide que nos quedemos en casa, y a un gran número de sectores se le ordena que deje de trabajar. Dice el artículo 1 de la resolución 90 del Ministerio de Salud: “Suspender la realización de eventos y espectáculos públicos o privados de concurrencia masiva tales como conciertos musicales, encuentros deportivos, reuniones políticas, gremiales y sociales, actividades religiosas y actividades recreativas. Suspender todo tipo de actividades en lugares cerrados, tales como cines, teatros, salas de conferencias, clubes, discotecas, casinos, bares y centros culturales. Suspender las actividades educativas en todos los niveles de enseñanza, en coordinación con el Ministerio de Educación y Ciencias, Universidades, Institutos Superiores y demás instituciones formadoras. Los eventos deportivos podrán llevarse a cabo sin presencia de público”.
A pesar de esa clara lista, hasta anoche hubo bares y restaurantes abiertos y en funcionamiento, hubo shoppings realizando eventos, hubo gente que se creyó, en síntesis, por encima de la norma, que tiene impunidad.
El Gobierno, que debe generar el sentido de comunidad para que el sacrificio sea asumido con compromiso, es el primero que rompió la igualdad al otorgar a sus amigos transportistas el “derecho” de llevar pasajeros parados, contradiciendo escandalosamente el diagnóstico de situación enunciado por la Dirección General de Vigilancia de la Salud en su Nota MSPBS/DGVS Nº 56/2020, que solicita la implementación de la fase de mitigación de la epidemia “ante la inmensa cantidad de contactos tanto de primer, segundo y tercer nivel de los conglomerados a partir de los casos confirmados”.
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Aquí no debe haber excepciones, y si las hay es porque el Gobierno privilegia a sus compinches para que sigan ganando dinero mientras a los paraguayos normales se nos pide cerrar nuestras actividades.
El Gobierno tampoco ha hecho un plan de soporte realmente impactante para los sectores a los que se les ordenó cesar sus actividades. Todavía no ha anunciado moratoria impositiva, ni crediticia, ni de seguridad social ni habilitación de líneas de crédito que permitan seguir pagando salarios y seguir haciendo frente a los compromisos, lo que hace más escandaloso y ofensivo aún que haya sectores que impunemente violen la resolución 90 del Ministerio de Salud.
El Gobierno está destruyendo, con sus amigos impunes y su respuesta hasta ahora insuficiente, el sentido de comunidad esencial para enfrentar al covid-19 según su propia lógica. Pido al Gobierno que ponga punto final a los favores a sus compinches. O cumplimos todos, o nadie está obligado a cumplir.