¿Existe algo que celebrar? Esta es la pregunta que debería hacerse cada uno de los mallorquinos.
Año tras año recordamos a aquellos valientes hombres y mujeres que en busca de un mejor porvenir llegaron a la entonces Ka’arendy. Fueron los que con esfuerzo y sacrificio abrieron caminos, construyeron sus primeras viviendas, la primera escuela y hasta la primera capilla. Nada fue fácil, más aún si consideramos que en aquella época no contaban siquiera con lo mínimo para la supervivencia, como agua y alimentos.
Sin embargo, los pioneros consiguieron salir adelante, unidos con un solo objetivo: el de ver a Ka’arendy convertida en un pujante distrito. Y lo lograron. Sin royalties ni Fonacide lograron construir la mayoría de las instituciones públicas con que cuenta el distrito, caminos rurales y las calles céntricas, y otras obras.
Los aniversarios deberían incluir inauguraciones de obras significativas y de gran envergadura, porque en Juan León Mallorquín hay mucho aún por hacer. Es tiempo de festejar con obras de desarrollo en materia de infraestructura.
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Los caminos rurales necesitan mínimamente de enripiados para que los productores puedan trasladar sus productos a los mercados. Varias escuelas necesitan aulas y sanitarios en mejores condiciones. Comunidades enteras de las zonas rurales necesitan de agua potable.
Urge crear fuentes de trabajo y generar ambiente para atraer inversionistas que ofrezcan empleos para evitar más migración de jóvenes.
En las próximas elecciones municipales, los pobladores tendrán la oportunidad de elegir a sus nuevas autoridades a quienes deben exigir que emulen a los pioneros de ka’arendy. Así el próximo año la comunidad podría vivir una verdadera fiesta por el aniversario distrital.
sara.fleitas@abc.com.py