“Desde el río Jordán al mar Mediterráneo”

El título es una expresión utilizada en cierta zona del Oriente Medio para describir al territorio ocupado hoy indistintamente por palestinos e israelíes. Con el tiempo, esta frase se ha transformado en la esencia de un conflicto que por momentos es noticia mundial para luego, velozmente, desaparecer de las portadas.

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El conflicto palestino-israelí, con la disputa por Jerusalén como eje central, se ha extendido por más de siete décadas y ha evolucionado desde la partición del territorio por parte de una incipiente ONU en 1947, hasta el contexto actual, donde cada país que asuma una postura, automáticamente se ubica al lado de uno u otro bando. Sucedió con EE.UU., con Guatemala, con Paraguay y ahora sucede con Australia.

La expresión “Desde el Jordán al Mediterráneo” bien puede catalogarse como la esencia del sionismo, esa corriente de pensamiento y acción que defiende el derecho del pueblo judío a tener su propia nación en una tierra que consideran parte de su historia ancestral y que se contrapone al pensamiento palestino: “Los judíos, al mar”.

El problema es que a mitad de camino entre el río y el mar, aparece una porción de tierra que hoy conocemos como Cisjordania, término acuñado a mediados de los años 50 para diferenciarla de la “Transjordania”, la actual Jordania.

Cisjordania figura en los mapas del plan de partición de 1947 de la ONU con el nombre bíblico de Judea y Samaria, una extensión de tierra de 5.860 km, con tres millones de habitantes, la mayoría árabes palestinos y casi 400.000 colonos judíos, que a falta de resolución del conflicto, han ido creando asentamientos que se han convertido en importantes centros urbanos, complicando más aún una hipotética solución de dos Estados.

La coexistencia de palestinos e israelíes en un mismo territorio que sigue en disputa o que, en el mejor de los casos, no tiene una frontera definida, ha ocasionado innumerables hechos de violencia.

Los ataques por parte de radicales árabes hacia los colonos judíos, a quienes consideran ocupantes y la posterior represalia de los israelíes, en parte es motivada por la propia Autoridad Palestina, que desembolsa miles de dólares periódicamente para el pago a los “mártires” que hayan sido capturados o para sus familiares en caso que hayan muerto.

La lucha interna entre el grupo yihadista Hamas y la Autoridad Palestina, puede ser un factor más para el desequilibrio del gobierno palestino de Mahmoud Abbas. 

Tan intensa es esta lucha, que en Hebrón (Cisjordania) se produjeron violentos enfrentamientos entre partidarios de los primeros y policías palestinos durante la celebración del 31º aniversario del grupo radical islámico que gobierna de facto la Franja de Gaza.

Con colonos israelíes avanzando con sus asentamientos, lenta pero sostenidamente, un líder palestino (Abbas) cada vez más débil y con la misma retórica, el Hamas negociando el control de Gaza con Israel, Egipto y Catar, dejando de lado a Abbas, el camino que pretende unir al Jordán con el Mediterráneo, posiblemente con el tiempo, vaya tomando forma de un único Estado.

juan.dossantos@abc.com.py

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