Semanas atrás, muchos decían que Argentina crecería 4,5% en 2010, después de caer más de 5% en 2009. Pero el culebrón nacional está dando excusa para bajar esas proyecciones. Y digo excusa porque lo que sucede es que las estimaciones positivas no tenían fundamento. Por el contrario, la realidad (el mercado) descontaba esos ruidos con la certeza de que el caos político y económico se profundizará en 2010.
La libertad tiene la virtud de autoordenarse, pero lo que sufre actualmente Argentina es desorden. Como el populismo cree que todo se soluciona con la intervención coactiva, violenta y destructiva del Estado, cae en un círculo vicioso provocando situaciones caóticas, que luego pretende solucionar con más intervención.
El Gobierno decidió crear el Fondo del Bicentenario que "liberaría" 26.000 millones de pesos del presupuesto que se iban a utilizar en cancelar deuda pública y así aliviar la situación fiscal. El decreto que creó este fondo preveía retirar unos 6.500 millones de dólares de las reservas del Banco Central, a lo que se opuso su hasta ahora obediente presidente Martín Redrado. Cristina Kirchner lo despidió, pero él recurrió a la justicia y se quedó en el puesto, mientras el Gobierno presenta una apelación judicial.
Mientras, los acreedores internacionales lograron convencer al juez Thomas Griesa, de Nueva York, a embargar los fondos del Banco Central de Argentina, ya que se estaba demostrando que no era un ente independiente del Gobierno argentino. A raíz de ese culebrón, el "riesgo país" y los seguros contra cesación de pagos para Argentina se han disparado, al punto que estamos peor que Venezuela.
Y la peor noticia es que el Gobierno no optará por el recorte de gastos, que crecieron en 2009 a un ritmo de 30% anual, superando cualquier expectativa de crecimiento del PIB. La devaluación y la inflación (que alcanzará 18% en 2010) podrían terminar siendo el ajuste para cubrir el estrafalario gasto estatal. Los 6.500 millones de dólares que Cristina quería del Banco Central podrían conseguirse con una devaluación del peso de 3,82 a 4,40 por dólar.
La próxima cosecha de soja podría aportar al país 17.930 millones de dólares y sería el principal generador de divisas, y los impuestos a la exportación alcanzarían 6.000 millones de dólares en 2010.
A nivel global, la brutal inyección de fondos, caracterizada por una tasa de la Fed cercana a cero y los paquetes de estímulo que todavía se están desembolsando, provocan una recuperación artificial, una burbuja. Así, Estados Unidos, Alemania o Francia ya estarían fuera de la recesión.
Según los principales analistas, en 2010 las empresas estadounidenses aumentarán sus beneficios 30% y las europeas del índice Stoxx 28%. Pero, insisto, esto se debe a un consumo artificial en base a emisión inflacionaria y endeudamiento descontrolado.
Esta liquidez llegó a la Argentina en la forma de "estabilidad del dólar", lo que produjo que los inversores buscaran alternativas más rentables, formando una burbuja. En 2009, el índice de bonos IAMC avanzó 132,2% en pesos y 111,3% en dólares. El mejor rendimiento en la historia del índice, iniciado en 1995. Después de su mayor caída en 15 años, ocurrida en 2008, la Bolsa de Buenos Aires, finalizó 2009 subiendo 108,3% en pesos y 89,6% en dólares.
Entretanto, las tasas de los plazos fijos no superaron el 14% anual; el oro batió récords (subió 26%) y el dólar aumentó 10% durante 2009, cuando el Indice de Precios al Consumidor aumentaba 15%, el doble de lo que reconoce el gobierno.
* Analista argentino
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