El Paraguay fácil

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El gatillo fácil, que viene sonando desde que este país vive soñando en mejorar, es el que recibe la ciudadanía con asaltos, asesinatos, robos y violaciones. Resulta más fácil expresar que hay mucha inseguridad, que tratar de dar solución al problema.

En los hospitales regionales se recibe tanto a pacientes como a la roña. En el hospital regional de Villarrica abunda la mugre y en la capital se facilita la excusa diciendo que en los hospitales de Nueva York, también como en Clínicas, dan inquilinato a las ratas.

Ante la posibilidad de viajar como la gente, y no como componente del Tercer Mundo en un bus chatarra, es más fácil cuestionar el cierre de negocios momentáneo en vez de algún ágil y confortable metrobús.

Es más fácil expresar que todos los otros ministerios hacen lo mismo, que usan agua mineral, cocido, bocaditos, coquitos y demás a precios exorbitantes y comparables a los que tienen los restaurant chuchis sobre la calle Quinta de Nueva York.

Siempre resultó más fácil crear cargos de confianza con la chonga, el chongo, exseñoras, exsuegras, secretarias, caseros y niñeras que crear contratos de desconfianza con desconocidos e idóneos para el cargo.

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En bastante más fácil y económico cultivar marihuana que cualquier otro rubro agrícola dada la casi nula asistencia técnica entregada a los agricultores. Y es mucho más cómodo al extensionista del Ministerio de Agricultura no salir al campo y maquillar cientos de hojas de informe de visitas a fincas campesinas.

A muchos directores de entes oficiales les resulta tan fácil contar con secretarias VIP sin uso y para todo uso que tener secretarias para el uso netamente profesional

En muchas de las universidades nacionales, creadas para colocar a oscuros directivos, vulgares adherentes y mediocres operadores partidarios, como en la ficticia Unves de Villarrica, es más fácil formar “profesionales” de cualquier clase que asistir a la clase.

El día que regrese el rey Midas le será mucho más fácil llegarse al Paraguay y aprender a convertir en oro el coquito, el agua, la banana, bocaditos, el cocido y la chipa. De paso, el señor Midas podría pedir autógrafos a varios directores de oficinas públicas que transforman en oro a todas las secretarias que tocan y toquetean.

Es más fácil argumentar que en su institución oficial es un perseguido político partidario que partidario en perseguir y consumir como político todo el presupuesto de su institución oficial.

Sería mucho más fácil reposar en la casa que ir a descansar en una oficina plagada de planilleros sin saber qué hacer ni para qué ir.

Al paraguayo le resulta mucho más fácil decir ante una llegada tardía al trabajo: “Me ganó la hora” que certificar que es un irresponsable, dormilón y haragán.

A cualquier jagua ry’ái que aspira el rekutu o algún cargo de buen sueldo le resulta más fácil decir: “El pueblo pide por mí”.

Los sacerdotes desviados y con dotes de sexo pueden hacer un cursillo rápido con el exobispo presidente. El curso consistirá en lo fácil que es tirar la sotana, dejar de embromar a los muchachos y tomar en broma a las muchachas.

Resalta lo fácil y sencillo que hoy les resulta a los expresidentes ladrones del Paraguay conocer la manera de conducir un país dando cátedras de excelsa honestidad.

Es más fácil instalar carteles indicadores de presencia vacuna en las rutas que las autoridades den la solución definitiva a los animales sueltos. Y es mucho más fácil poner un cartel que diga “Ruta en mal estado”. Es que eso representa a un mal Estado.

¡Uno no se da cuenta de que todo es tan fácil en el Paraguay!

caio.scavone@abc.com.py