Los siguientes puntos explican el abordaje que estamos implementando en el combate a la pobreza, y especialmente a la pobreza extrema:
Una alimentación adecuada debe ser el “piso de dignidad” para todos en Paraguay. Existe casi un consenso mundial que el piso para una vida digna debe ser la oportunidad de una alimentación adecuada. Es por ello que el primer Objetivo del Milenio acordado entre 189 países en el año 2000 fue la reducción de la pobreza extrema, directamente relacionada a la erradicación del hambre. No lograr ese nivel mínimo para una vida digna significa estar en condición de pobreza extrema.
Existen diversas varas para medir la pobreza extrema. Algunas enfatizan las condiciones de vida local (líneas de pobreza nacionales) y otras enfatizan la comparabilidad internacional (líneas de pobreza internacionales). La más apropiada para políticas públicas nacionales es la que basa en las condiciones locales. Por ello, lo mejor es medir nuestro piso de bienestar con base en nuestras condiciones alimenticias, sin preocuparnos mucho por las condiciones de África y Asia. Para los que quieren saber cómo se compara Paraguay con otros contextos, las líneas de pobreza internacionales son útiles.
La línea de pobreza extrema nacional es casi el doble que la utilizada por el Banco Mundial en las mediciones internacionales globales (US$ 1.25 por persona/día). ¿Es una equivocación tomar la vara de bienestar y dignidad más alta en Paraguay? No. Lo más importante para las políticas públicas paraguayas somos los habitantes de este país y las condiciones específicas de nuestro contexto. El mismo Banco Mundial en su último estudio de pobreza en Paraguay (Dic. 2010) se concentra en el análisis con nuestra línea de pobreza nacional y no hace mención alguna a su línea internacional de US$ 1.25 por persona día en su informe de 110 páginas.
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¿Está bien medida esta “vara de dignidad” en Paraguay? El Banco Mundial que acompañó el proceso de revisión en el 2009 manifiesta: “La nueva medición de pobreza se beneficia de un consenso amplio, transparente y recoge las mejores y más recientes prácticas internacionales. Permite a la DGEEC generar datos más precisos y coloca a Paraguay como un pionero a nivel Mercosur en el uso de nuevas herramientas para la medición de la pobreza” (pág. 21 del informe de diciembre 2010).
El crecimiento económico en Paraguay durante el 2003-2011 fue muy positivo para los pobres en el área urbana, pero no lo fue para los del área rural. Análisis de las encuestas de hogares (2003-2011) muestran que los ingresos de los pobres en el área urbana aumentan a un ritmo más rápido que el de los no pobres. Sin embargo, lo opuesto ocurre en el área rural. El crecimiento del ingreso en este periodo del 5 por ciento de los hogares rurales más ricos fue muy superior al crecimiento promedio, mientras que el crecimiento del ingreso del 10 por ciento de los hogares rurales más pobres fue muy inferior al promedio. O sea que en el área rural no solamente no mejora la condición de los pobres, sino que aumenta la desigualdad. Por ello, nuestro enfoque prioritario es en el campo.
Para lograr que todas y todos tengamos una vida digna, debemos concentrar nuestra acción en el área rural. Casi el 70 por ciento de las familias que no consiguen una mínima condición de dignidad económica residen en el área rural. Además, la situación de los hogares rurales en pobreza extrema es la que menos mejora.
¿Qué debemos hacer? Algunas medidas prioritarias son: (I) identificar a las familias que requieren llegar a este nivel mínimo que la sociedad paraguaya está dispuesta a brindarles, (II) darles apoyo para que produzcan mejor (el 90 por ciento de los casos de superación de la pobreza extrema se logran por aumentos del ingreso al trabajo), (III) fortalecer las transferencias y el acompañamiento de la promoción social, (IV) mejorar la eficiencia, transparencia y calidad de los servicios públicos y (V) encontrar mecanismos para trabajar juntos y coordinados en el compromiso de que todos vivamos dignamente en Paraguay
¿Cómo identificamos a las familias que requieren apoyo? El proceso es simple, pero riguroso. Consiste en la aplicación de una breve ficha socio-económica que permite identificar el apoyo que requieren las familias. Estas fichas se aplican a los beneficiarios actuales y potenciales de servicios públicos, así como a hogares identificados como potenciales candidatos por líderes comunitarios. Una vez que se identifica el apoyo requerido, esta información debe ser utilizada por todas las instituciones que puedan brindar estos servicios.
El apoyo productivo a la población rural debe ser integral. Debe contemplar el apoyo para la producción agropecuaria y forestal de los hogares rurales, así como la complementación con el empleo rural no agropecuario. Todo apoyo debe incorporar una estrategia adecuada de capacitación. La asistencia técnica agropecuaria y forestal es fundamental, sin ella no será posible aumentar la eficiencia de la agricultura familiar. Pero también es igual de importante la comercialización efectiva de los productos de la misma. El Gobierno se propone para el 2014 brindar asistencia técnica a 120.000 familias (una gran parte de las 148.000 familias rurales en pobreza extrema) y fortalecer los canales de comercialización a través de las compras públicas de alimentos. Para complementar el ingreso agropecuario de los hogares rurales, el Gobierno apunta expandir en el 2014 las oportunidades de empleo rural en construcción a través del mejoramiento de caminos rurales y viviendas.
Específicamente se tiene por meta: 5.000 km de caminos rurales de todo tiempo, el mantenimiento básico de 7.500 km de caminos rurales, más de 5.000 metros de construcción de puentes de hormigón y el mejoramiento de más de 11.000 viviendas rurales. Se capacitará a más de 40.000 jóvenes rurales. Estas son algunas de las metas del programa “Sembrando Oportunidades” para el 2014.
Lo más importante: trabajemos todos juntos en forma coordinada, con eficiencia, rendición de cuentas, mecanismos de control ágiles, participativos y efectivos. El gobierno propone a la sociedad paraguaya trabajar juntos por una vida digna para todos en Paraguay, a través del programa integral “Sembrando Oportunidades”.
(*) Ministro-secretario de Planificación Económica y Social; Ph.D en Economía, Universidad de Massachusetts, USA
