Una visión poco previsora

El hospital del Instituto de Previsión Social (IPS) de Luque está a punto de cerrar. Prácticamente se limita a “brindar” consultas a los asegurados.

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Literalmente está a la deriva, pero no por casualidad, pues la intención real sería bajarlo de categoría. Es decir, de hospital a clínica periférica y así poder llevar los recursos a la sede Central.

Las mismas autoridades de la previsional estarían asfixiando el centro asistencial luqueño, como para ir encaminando el objetivo trazado.

Como muestra de ese presunto planteamiento solo es cuestión de recordar que el quirófano fue cerrado hace cuatro años, al igual que la sala de partos. A raíz de este último caso, las embarazadas deben arreglarse como pueden en la Central.

La propia Gerencia de Salud y la Dirección de Hospitales de Área Central del IPS, comentaba el personal de blanco, ordenó “mutilar” el hospital.

El cambio de nivel jerárquico fue solicitado por el gerente de salud del organismo, Dr. Aníbal Manuel de los Ríos, y por el director de Hospitales de Área Central, Dr. Fernando Bittinger.

El proyecto de modernización de su edificio quedó paralizado hace cinco años, sin muchas explicaciones, y eso bien podría considerarse el inicio del verdadero plan.

Y se fueron sumando otros hechos. Con la asunción de la nueva directora, Dra. Carolina Acosta, varios médicos cirujanos fueron “comisionados” al Hospital Central.

La sala de internados se redujo de 22 a solo 11 camas.

También, habilitaron recientemente una sala de rayos X. Pero, llamativamente, el aparato no funciona y dejó a los asegurados sin la posibilidad de hacerse radiografías.

Ahora, todos los casos y estudios de alta complejidad son derivados al IPS Central, mientras que en Luque solo atienden a los cuadros menores.

La falta de visión de quienes conducen el destino de la previsional es tal que no tienen en cuenta que el hospital luqueño necesita crecer.

Primero, por su estratégica ubicación; y segundo, por la cantidad de asegurados que habitan en la zona y ciudades vecinas como Areguá, Limpio y Capiatá, principalmente.

Con esta retrógrada visión, los aportantes seguirán pasando penurias en una época en la que ya se debería pensar a futuro.

arnaldo.espinola@abc.com.py

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