Juicio en reclamo de indemnización por accidente fatal, en la etapa final

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A más de cuatro años del choque entre dos ómnibus en la avenida Perón y Concepción Prieto Yegros, que costó la vida a dos niños y lesiones a más de cien personas, el juicio indemnizatorio  está en su etapa final.

La acción fue presentada por el abogado Christian Almada, en representación de  Tomás Velázquez Martínez y Fátima Varela, padres de Deisy Velázquez Varela (4 años), y  Eriberto Cuevas y Victoria Ríos Ruiz Díaz, padres de  Gilberto Cuevas Ríos (3 años), respectivamente.   

Los demandados son Ruperto Roa, dueño del ónmibus de la Línea 39; la empresa 29 de Junio, propietaria del colectivo de la Línea 40; el Centro de Misión Presbiteriana; Hugo Javier Duarte Almada y Darío Rojas, funcionarios de Secretaría de Transporte del Area Metropolitana de Asunción y la propia Setama, en carácter subsidiario.   
   
En sus alegatos finales, Almada solicita una indemnización de G 700 millones en concepto de daño moral y síquico, por la muerte de cada niño. El caso está a cargo del juez en lo civil y comercial de Lambaré, Isidoro Olazar Pozza.   

El accidente ocurrió alrededor de las 11:45 del 27 de noviembre del 2005, cuando un ómnibus de la Línea 40, empresa 29 de Junio, conducido por Agustín Chaves Ortiz, y el coche N° 15 de la Línea 39, empresa Virgen del Carmen, al mando de Miguel Angel Roa, chocaron en la intersección de avenida Perón y Concepción Prieto Yegros.   

El vehículo de la Línea 39 estaba fuera de línea, al servicio de la iglesia evangélica presbiteriana Centro de Vida y transportaba a más de 90 niños de escasos recursos, a los que llevaban a sus casas ubicadas en los barrios Cateura, Santa Ana y otras zonas periféricas, luego de participar de un festival en la iglesia evangélica presbiteriana coreana "Centro de Vida", ubicada en Lambaré.   
   
El colectivo de la Línea 40 cumplía el itinerario normal de Mariano Roque Alonso-Lambaré y transportaba a varios pasajeros.   
   
En la dirección indicada, el ómnibus de la Línea 39 que iba sobre Perón giró hacia la izquierda para tomar la calle Concepción Yegros de Prieto, instante en que fue chocado en la parte media por el micro de la Línea 40, que circulaba sobre la misma avenida, pero en dirección a Lambaré.   
   
Como consecuencia de la brutalidad del impacto, el vehículo de la Línea 39 fue arrastrado por unos 10 metros, derribando a su paso tres columnas del tendido eléctrico de la ANDE.   

Gilberto y Deisy, quienes viajaban en el ómnibus alquilado por la Iglesia Presbiteriana, quedaron atrapados entre los dos vehículos y murieron en forma instantánea.

LAS RESPONSABILIDADES

Ruperto Roa, dueño del ómnibus de la Línea 39: puso en circulación un vehículo sin habilitación y carente de las mínimas condiciones de seguridad, además de  realizar maniobra sin tomar las medidas de precaución necesarias.   

Empresa 29 de Junio, propietaria de la Línea 40: circulaba a una velocidad imprudente.   

Centro de Misión Presbiteriana (Iglesia Presbiteriana): contrató un vehículo  ‘‘chatarra’’ y carente de habilitación, al  que introdujeron una cantidad excesiva de pasajeros.   

La Setama y sus funcionarios Hugo Javier Duarte Almada y Darío Rojas: retuvieron al vehículo de la 39 y luego lo liberaron, previo pago de una multa por una contravención menor.

 

Omnibus circulaba sin frenos ni habilitación

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