Cónsul honorario en Mónaco no tuvo solo uno sino tres juicios en Italia

Carlo Sama, cónsul honorario de Paraguay en Mónaco, tuvo que afrontar tres juicios por corrupción en su Italia natal. El empresario insiste en que fue condenado “solo” una vez y por financiación de partidos políticos. Llegó al cargo de la mano del presidente de la República, Horacio Cartes.

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Carlo Sama insiste e insiste. El empresario italiano publicó nuevamente ayer un espacio reservado en nuestro diario. Allí volvió a acusar a las publicaciones periodísticas de ABC Color de falaces y tendenciosas.

En ese mismo espacio reservado el empresario italiano convertido en cónsul honorario de nuestro país aseguró que fue condenado una sola vez en su país natal y que la condena no fue por soborno a políticos sino por “violación de normas de financiación a partidos políticos”.

Sin embargo, periodistas italianos consultados por ABC Color y documentos judiciales del país europeo dan cuenta de que Sama tuvo en total tres juicios por haber participado en los mayores escándalos de corrupción política de su país natal.

“La madre de todos los sobornos”

Sama fue arrestado por primera vez el 23 de julio de 1993, de acuerdo a lo que reportaron medios italianos como L’Espresso y la Repubblica.

El empresario fue detenido en el marco del caso que los periódicos bautizaron como “la madre de todos los sobornos”. Sama era en ese entonces director de la firma Montedison, la empresa química propiedad de la familia Ferruzzi, una dinastía con la que se había relacionado gracias a su casamiento con la menor de las hijas de la familia, Alessandra.

Entre finales de los 80 y principios de los 90 la familia Ferruzzi se hizo con el control de la empresa química luego de una feroz batalla en la bolsa de Milán, liderada por su CEO, Raúl Gardini (concuñado de Sama). Luego la compañía privada se fusionó con la estatal Enichem y de ahí surgió Enimont.

Según explicaron periodistas italianos a ABC Color, fondos de Enimont fueron utilizados para realizar pagos a políticos y partidos políticos. Carlo Sama era uno de los encargados de realizar las entregas de dinero, junto a otro nombre vinculado al socialismo italiano: Sergio Cusani.

El caso fue bautizado como “la madre de todos los sobornos” por la prensa italiana a pesar de que no se trataba de un caso de corrupción propiamente dicho, pero sí de financiamiento ilícito a partidos políticos.

Gardini, el concuñado de Sama, se quitó la vida horas antes de la detención de este último, agobiado por la posibilidad de ser arrestado también él. Tres días después de su apresamiento, Sama fue sometido a un interrogatorio en el que brindó detalles de la forma en que operaba el esquema. Estos pormenores ya los describiremos en otro momento.

El juicio contra Sama se inició el 5 de julio de 1994 y terminó 16 meses después, el 27 de octubre de 1995, cuando fue sentenciado a 4 años y ocho meses de prisión. La condena fue reducida después a tres años, lo que le permitió evadir la cárcel gracias a una ley que acababa de entrar en vigencia en aquellos días en Italia.

Apenas el inicio

El caso de Enimont, “la madre de todos los sobornos”, fue apenas el inicio de lo que se terminaría convirtiendo en el mayor escándalo de corrupción política en la historia italiana y fue denominado “Mani Pulite” (Manos Limpias).

La justicia descubrió que el dinero del grupo empresarial Ferruzzi fue distribuido entre prácticamente todos los partidos políticos: desde la extrema derecha a la izquierda. No hubo miramientos.

Así como el Lava Jato generó un terremoto político sin precedentes en Brasil, el Mani Pulite llegó a costar el cargo incluso al primer ministro italiano de la época.

Los fondos de soborno

Sama soportó un segundo juicio años después, en el marco del caso denominado “Fondos de Sobornos Montedison”. Miles de millones de liras fueron destinados a pagos a políticos y el dinero provenía de fondos externos de la empresa química que perteneció alguna vez a la familia Ferruzzi.

En enero de 2001 Sama reconoció su culpabilidad y le dieron dos meses de condena. La condena fue baja debido a cuestiones técnicas y legales. Se trataba de un juicio sobre delitos vinculados a otros ya juzgados anteriormente, como el caso Enimont.

El código penal italiano denomina a este tipo de hechos “reato continuato” u ofensa continuada. Las penas reciben “descuentos” porque los delitos son considerados una secuela de otros ya juzgados.

Ese mismo mes Sama recibió otra condena de 42 días por el caso llamado “Fondos de Sobornos Ferruzzi”, una continuación de la investigación del “Mani Pulite” y que giró en torno al dinero de la dinastía familiar.

Millonaria evasión sancionada

En 2005 la Corte de Casación (Corte Suprema) de Italia ordenó, a través de su Sentencia Nº 20601, que Carlo Sama tenía que devolver impuestos relacionados a unos 4.000 millones de liras (moneda utilizada en Italia al momento del escándalo) que fueron utilizadas para pagar a los políticos italianos. Era dinero que había sido escondido por Sama y que nunca fue incluido en su declaración de impuestos.

Ninguno de estos casos es mencionado por Sama o sus abogados cuando aseguran que sobre él existió solo un proceso judicial en su país natal.

Sama fue nombrado en noviembre de 2016 cónsul honorario de Paraguay en Mónaco, por el presidente Cartes. Documentos revelados por el Consorcio Internacional de Periodistas (ICIJ) muestran además que está vinculado a una empresa offshore en las Islas Vírgenes Británicas.

juan.lezcano@abc.com.py

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