“Ellos no creían que les íbamos a llevar al averno...”

Se está armando una revolución en el Congreso. Se consiguen cosas inéditas: la derogación de la ley del autoblindaje, la renuncia a sus bancas o a sus fueros de imputados por corrupción... Paraguayo Cubas, un extraño en la cámara a la que muchos señalan como guarida de indecentes, relata en esta entrevista sus peripecias en esta campaña que lo ubica a la vanguardia de la limpieza que reclama la ciudadanía.

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–Se está armando una revolución en el Congreso en estos días. Se están consiguiendo cosas inéditas. ¿Cómo está el ambiente allí? 

–Hory (alegría). Cada vez me gusta más. Nos saludamos, nos abrazamos, nos reímos. Ahora, cuando entramos en el campo de lo serio cada uno asume su posición. Yo presenté un proyecto de ley para derogar la ley del autoblindaje. Se aprobó por 23 votos, 14 votaron en contra. Ahí están los nombres, en el Facebook.

–Y ¿qué va a pasar con González Daher? 

–Va a perder el fuero. Conste que a medida que lo veo me parece un tipo jovial. Lo mismo me pasa con Oviedo Matto. Hay cordialidad...

–¿La seducción del poder? 

–¡Noo! Es como el aceite entre las personas para que las relaciones no sean tan ríspidas...

–¿Por qué echó a patadas la puerta de su oficina? 

–A mí me dio el Presidente de la Cámara de Senadores esa oficina que era de (el exsenador) Aguinagalde. Me fui con los albañiles a verificar. Estaba todo quemado. Hay un presupuesto de 15 millones aprobado para acondicionar. Yo pagué para poner en condiciones. A las siete de la noche dejé la oficina. A las siete de la mañana siguiente encuentro la puerta trancada con nuevo picaporte, niquelado brillante. ¿Quién puso eso en 12 horas? ¿Quién entró a la noche? ¿Dónde está la filmación? Aparece mi video pateando la puerta, pero no aparece el que puso la llave ni el que intentó robar el inodoro, el lugar donde se colocan las toallas. Ahí impera la ley del más fuerte. Pero yo pedí un sumario para que me digan quién ordenó poner la cerradura. Lo que yo hice fue patear la puerta de mi oficina y romper una cerradura que no tiene dueño. Entonces fue un atropello putativo (legítimo)...

–¿Quién asume en vez de González Daher? 

–Martín Arévalo, de Añetete. En lugar de Oviedo Matto va a asumir, Arnaldo Franco, cartista, otro colorado, porque Oviedo no tiene suplente. La Constitución establece que haya 45 senadores y 30 suplentes. Entonces, los suplentes que van asumiendo son todos del Partido Colorado, el partido más votado. Eso tiene que cambiar en la nueva Constitución para que haya más justicia en la distribución de bancas.

–El de los fueros es un tema clave... 

–En la comisión de Asuntos Constitucionales no iba a salir el desafuero de Salyn Buzarquis ni del mío si yo no planteaba que sacaran el dictamen ese día. El primero que pidió el desafuero de Salyn fui yo en esa comisión. Eso fue baldazo o un fogonazo. Me respaldó (Fernando) Lugo, y ahí cobró fuerza. De otro modo no salía. Y bueno, abrimos la caja de Pandora con el tema de los fueros. Van cayendo y van a seguir cayendo. Ellos no creían que les íbamos a llevar al averno, y se están yendo al averno... Se consiguió abortar ese tema de la jubilación. Después cayó la policía al mediodía en lo de González Daher. Salió el tema del autoblindaje...

–Impensable... 

–Recularon. O usted piensa que los cartistas tenían previsto acompañar el rechazo (del autoblindaje)? Se están dando circunstancias imprevistas.

–¿En qué va a terminar? 

–¿Sabe lo que va a pasar acá? Vamos a terminar en un pacto. Ya no les vamos a poder reventar a los de la “nomenclatura” (corrupta). Va a ser necesario un pacto, porque está visto que nuestra “indignación”, como dice Alcibiades González Delvalle, es “puro alcanfor”, oparei. Al menos, es la primera vez que las manifestaciones en la calle están sostenidas, concatenadas con acciones, a lo mejor individuales todavía, de algunos políticos y algunos sectores. Entonces, hay una sinergia.

–¿Cuál va a ser el pacto? 

–A los bandidos que robaron, no les vamos a poder sacar lo que robaron, posiblemente. Pero ya no van a poder seguir robando. Y vamos a bajar de 90% la ejecución presupuestaria para sueldos, dietas, honorarios, aguinaldos y bonificaciones del sector público a 50% en siete años.

–¿Usted ya sabe dónde está la sangría en el presupuesto? 

–Claro que sé. Por eso estoy en la comisión de Presupuesto, Control de Cuentas y Gastos Financieros del Estado; aparte de la comisión de Asuntos Constitucionales. Son las más pesadas. Estamos trabajando con voluntarios. Aspiramos a tener 100 voluntarios en la comisión de Control de Cuentas y Gastos Financieros. La Contraloría está manejada por gángsteres. Lo que ellos dictaminan es puro bolaterapia. Son 97 instituciones que hay que auditar. Hay tres profesionales. Quiere decir que nadie le daba bola a esa comisión. Ahí está el kure kutu, y adrede, lo dejaron coartado allá en el fondo.

–Y ¿Presupuesto?

–Presupuesto no es tanto. Es una bolsa de empleo. Es importante para transar cargos.

–¿Y piensa que va a cambiar algo con su presencia en el Senado?

–No sé. Yo llegué acá y hago mi parte, como el picaflor que trae su gota de agua en el pico para apagar el incendio. Si todos hiciéramos nuestra parte, creo que vamos a llegar lejos. En realidad nunca pensé en llegar a senador. En todo el país mi movimiento Cruzada Nacional gastó 70.000 dólares, plata que no salió de mi bolsillo. Me comprometí a pagar 50.000 en cuotas de a 1.000 mensuales. Aparte, saqué un préstamo de la cámara para pagar mis deudas.

–Esos enfrentamientos con jueces y policías fue determinante. Lo tachaban de enajenado. Eso de hacer sus necesidades el despacho del juez... ¿Por qué hizo eso? 

–Porque yo tomo una pastilla, Orlistat, para adelgazar. Se elimina el 50% de lo que uno consume. La noche anterior comí mucho estando preso en la Comisaría. Me llevaron para declarar y tuve incontinencia. Se puede aguantar cinco minutos, pero no se puede aguantar seis minutos...

–¿La adrenalina? 

–Puede ser, porque yo al llegar ya le jugué dos cintarazos al juez Tony Marecos, capi di tutti capi, recaudador de (el ministro de la Corte) Sindulfo Blanco, con Zulma Gómez. También le cintareé a otro juez, Bordón, estando en la cárcel. Es el que les cobra 30.000 dólares a los muchachos para salir de la Penitenciaría de Ciudad del Este. Voló ahora, renunció o está por salir porque ya no puede con la presión. Tres meses estuve en la cárcel de Ciudad del Este. Bueno, yo le advertí a Marecos que tenía ganas de irme al baño. No me hizo caso. Le dije a Patricia, su secretaria. No me dio pelota. Entonces le dije al de la GEO (Grupo de Operaciones Especiales). Entre cinco me custodiaban como si fuera yo Anthony Hopkins en “El silencio de los inocentes”. Insistí. “Neremyimo’ãi” (no te vas a mover), me dijo. “Akakáta ápe”, le dije. “Nderekakamo’ãi”, me dijo el tipo. “Japara”, le dije yo. “Japara”, me dijo el tipo. Estaba en ese momento sin esposas porque estaba declarando. Ahí le dije a mi señora, Yolanda Paredes, una heroína: “Pasame un papel que encuentres”. Se asustó. No me contuve más. Ahí nomás bajé el pantalón y... se fue...

–Un escándalo... 

–Y me echó el juez. ¿Es acaso delito cagar en el despacho de un juez? 

–Es completamente insólito. No se puede creer... 

–Y ¡cómo, si estaba en una situación fisiológica! 

–Y ¿qué hizo el juez? 

–Corrieron todos como alma que lleva el diablo. Suspendió la audiencia. Los guardias me sacaron mi cinto. Usaba cinto porque bajé muchísimo de peso. De 106 que tenía, bajé a 76 kilos en la cárcel. Además, ¿cómo me iba a atajar el pantalón si me mantenían esposado?

–Pero usted también provoca. Actúa con mucha agresividad... 

–Yo digo la verdad nomás. Por eso, por ejemplo, ese comisario Juan Ramírez, me hizo garrotear frente a mis hijas en la Agrupación (en la Fuerza de Operaciones Especiales FOPE en el barrio Tacumbú)...

–¿Por qué fue? 

–“Jagua rye”, le dije. Yo estaba hablando por radio Ñandutí. “Reducile”, ordenó. Ese no va a ascender nunca, porque no se comporta como un profesional...

–Le dijo “gordo”, al jefe...

–A todos los policías gordos les digo lo mismo porque es verdad. “Mire su panza”, le digo. No son capaces de correr 10 metros para atrapar un “caballo loco”. Jamás van a pasar el Test de Cooper. Por suerte, después del kilombo que armamos con los gordos, sacaron una reglamentación en la Policía que establece como máximo 30% de índice de masa corporal, gorditos ya. Realmente, el índice de masa corporal es de 24,7%. Con ese porcentaje ningún comisario va a aprobar el Test de Cooper. Ahora pusieron que tienen que hacer 40 abdominales en tres minutos. ¡Pero debe ser 40 abdominales en un minuto! Esa gente se jubila a los 55 con un índice de masa corporal del 50%. Eso no puede ser.

(Continuará mañana...)

holazar@abc.com.py

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