No hubo grandes discursos en la despedida de una de las figuras más conocidas de la dictadura stronista. Tal vez eso fue acorde con el perfil modesto que sostenía "ña Eligia", como la llamaban, durante los casi 35 años de gobierno de su todopoderoso marido. Solo el comisario retirado Ferreira Matto, quien dijo haber estado cerca de ella, y una mujer que recibió los favores de la fallecida expresaron brevemente, pero muy afectados, sus agradecimientos momentos antes del entierro.

Entre los familiares más cercanos estaban la hija Graciela y los hijos de esta Alfredo Gustavo "Goli", Humberto y Diego. El hijo mayor Gustavo, quien vive con el anciano dictador en Brasil, no se animó a venir a dar el último adiós a la madre por los problemas judiciales. Un juez ha establecido que debía pagar una fianza de un millón de dólares, más 500.000 de la misma moneda como fianza personal del abogado.

Doña Eligia murió a los 95 años por insuficiencia cardiaca, tras 40 días de internación en el Sanatorio Americano. Según un escueto informe de su médico de cabecera doctor Carlos Kunzle, el deceso de la mujer se produjo a las 03:00 del 3 de febrero, aproximadamente a la hora en que su esposo 17 años atrás aceptaba abandonar el gobierno ante el golpe cívico-militar que encabezó su consuegro el extinto general Andrés Rodríguez.

El momento electoral en la ANR y el proyecto de asumir nuevamente el poder por familiares y ex cercanos colaboradores de Alfredo Stroessner hicieron inevitable que en el entierro aparecieran los principales candidatos (Osvaldo Domínguez Dibb) y operadores políticos del grupo y que los comentarios en voz baja fueran sobre encuestas y votaciones.

La ex primera dama nació en Villa Hayes el 26 de setiembre de 1910. Su madre Eloísa falleció cuando ella contaba con 15 años. Una vez huérfana, pasó a vivir con su tío Honofre en Villa Hayes. Se recibió de maestra rural. Enseñó en esta ciudad, donde conoció a Alfredo Stroessner, quien en esa época servía en la Artillería. Doña Eligia aparecía solamente en los actos formales junto al marido. Tras el golpe del ’89, vivió algunos años en Miami (EE. UU.), pero volvió al Paraguay.