Los fiscales María de Fátima Britos Ricciardi, Guillermo Zillich Silva, Édgar Sánchez y el adjunto Federico Espinosa, quienes intervinieron en distintas etapas en el proceso judicial, no convocaron a Klein para tener su versión, pese a que el nombre del empresario fue ofrecido como prueba en varios escritos de denuncia.
Los citados fiscales tampoco habían agotado la pista de la supuesta construcción en tiempo récord de las barcazas, como por ejemplo investigar el origen de toneladas de chapas de acero naval para construir los lanchones, y asimismo habían ignorado una pericia documentológica del laboratorio forense de la Fiscalía en que se concluyó que hubo “adulteraciones o modificaciones” de los documentos producidos en la Prefectura General Naval para avalar la presunta construcción de las naves en astilleros locales.
Gutnisky reclama la devolución de nueve barcazas a Naveradi, de los hermanos Ramírez Dittrich, y a Darío Rubén Báez Pereira, de San Cayetano.
Óscar Rigoberto Branda Acevedo y Marcelo Fabián Landa, en sus denuncias sobre la supuesta simulación de la construcción de las barcazas, hablan de que los retoques a las embarcaciones se habrían hecho en el puerto de la calería El Norteño.
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El dato fue confirmado días atrás por una fuente de la misma calería que además coincidió con versiones de personas vinculadas a la construcción naval que aseguraron haber visto en el lugar los trabajos de cortes parciales a las barcazas.
Conforme a la fuente de El Norteño, en la calería hubo un incesante trabajo ejecutado por unos 20 obreros que utilizaron cortadoras eléctricas y sopletes para cortar y hacer modificaciones a las naves, especialmente en la parte de la brazola. Los trabajos fueron ordenados por los Ramírez Dittrich y Báez Pereira, según esta fuente.
Con el corte de las brazolas, que es el borde de la bodega de las barcazas, se generó una gran cantidad de chapas que iban siendo retiradas inmediatamente en camiones, aseguró la fuente. La misma resaltó que Klein supuestamente fue engañado porque prestó el puerto de su calería sin saber que las modificaciones a las embarcaciones eran para presentarlas como nuevas y hechas en el país.
Llamativa actuación judicial
En este caso existen actuaciones de fiscales y jueces que no dejan de llamar la atención. El fiscal Zillich no ahondó en el tema de los documentos adulterados y se dio por satisfecho con un sumario administrativo de la Marina –parte interesada– que concluyó que no hubo irregularidades en la Prefectura. El fiscal Sánchez, el 7 se diciembre, pidió la devolución de las barcazas, que estuvieron amarradas desde fines de setiembre en Piquete Cue, y al día siguiente, feriado, la jueza Griselda Caballero hizo lugar a la solicitud. El 13 de diciembre, Sánchez ya pide la desestimación de la denuncia que fue rechazada por el juez Miguel Tadeo Fernández. El fiscal se ratificó y pasó el expediente a manos del fiscal adjunto Espinoza, quien ratificó la postura de su colega. La nota de ratificación de Espinoza entró a las 12:50 del 30 de diciembre al juzgado de Fernández, quien al día siguiente resuelve admitir el dictamen fiscal.
El abogado Juan Carlos Mendonca Bonet, quien ejercía la representación legal de la naviera argentina, renunció, cansado de la desigualdad en el pleito legal por las injerencias políticas, según fuentes judiciales.
Pedirán nueva investigación
La representación legal de la naviera Samuel Gutnisky, ejercida ahora por el estudio jurídico del senador colorado Enrique Bacchetta, pedirá la reapertura de la causa, actualmente desestimada y archivada, según fuentes judiciales. La apelación del desistimiento de la denuncia sobre las barcazas sería presentada al término de la feria judicial, indicaron días atrás en el estudio jurídico de Bacchetta. La justicia aún no notificó a Gutnisky la desestimación.
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