Médica y exsindicalista es la única mujer que pelea por la presidencia

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Lilian Susana Soto Badaui (50) es médica de profesión con una maestría en administración pública. Adquirió protagonismo cuando integró la Asociación de Médicos del Hospital de Clínicas durante los últimos años de la dictadura. Integró el movimiento político Asunción para Todos que llevó a Carlos Filizzola a la intendencia.

Lilian Susana Soto Badaui, presidenciable del Movimiento Kuña Pyrenda, el 15 de diciembre pasado cumplió 50 años de edad.

Se declara feminista y socialista. Su historia está marcada por la resistencia y la lucha social.

“Vengo de una familia que muy claramente tenía el pensamiento socialista incorporado; mi padre era del Partido Febrerista, que históricamente está identificado con el socialismo en Paraguay, y era sindicalista también, era economista, trabajador bancario y sindicalista”, rememora Soto en una entrevista concedida al diario Página 12 de Argentina durante una visita a Rosario.

Dice que guarda una gratitud histórica hacia la ciudad del vecino país. “Es una ciudad que acogió a toda mi familia materna; los cuatro hermanos de mi madre tuvieron que exiliarse en la revolución de 1947, ellos eran comunistas, y lo hicieron en Rosario. Tengo tíos, primos, primas allá”, relata en la nota publicada en abril del año pasado, cuando se había lanzado su candidatura a la presidencia de la República.

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Como estudiante, militó desde su ingreso a la Facultad de Medicina, en 1982, y fue presidenta del centro de estudiantes, además de formar parte de la Federación de Estudiantes Universitarios del Paraguay, que se opuso a la dictadura de Stroessner, durante diez años. Cuando se recibió, continuó su militancia, esta vez en la Asociación de Médicos del Hospital de Clínicas, que participó en la formación de la Central Unitaria de Trabajadores.

Cuando terminó la dictadura, en 1989, ayudó a formar el movimiento independiente “Asunción para Todos”, que postuló a su compañero y colega Carlos Filizzola al frente del municipio más importante del país.

Al asumir Fernando Lugo, fue una de las cuatro ministras feministas que se incorporaron a un gobierno heterogéneo. A Soto le tocó ser ministra secretaria de la Función Pública.

El sector político que lidera considera justo que en nuestro país se salde la deuda histórica con los miles de mujeres que han luchado y construido la igualdad y que sin embargo han sido excluidas de los espacios del poder público.

Soto hizo un último intento de lograr la unidad entre los sectores de izquierda, pero la postura radical del Frente Guasu truncó la iniciativa.

Había prometido nepotismo cero

Trabajó en la medicina desde su egreso de la Facultad de Ciencias Médicas en 1988 hasta 1992, fecha a partir de la cual se dedicó a su labor como concejala municipal de Asunción y al estudio de la administración pública. Del 2000 al 2002 realizó sus estudios de maestría en Administración Pública en los Estados Unidos. A partir del 2002 se dedicó a la investigación social y a consultorías independientes en temas referidos a políticas públicas, partidos políticos, corrupción, género, entre otros; cuenta con varias publicaciones nacionales e internacionales en estos temas.

Cuando estuvo como ministra de la Función Pública, durante el gobierno de Lugo, se jactó de que se tenían apenas 7 concursos para acceder a un cargo público, mientras que cuando se retiró dejó la institución con un total de 14.000 puestos concursados, en que participaron un total de 37.584 postulantes.

Se le criticó que al asumir había prometido nepotismo cero en la función, sin embargo, su esfera de acción no alcanzó a la parentela que ubicó el expresidente en distintas reparticiones públicas, alegando excusas baladíes.

jtorres@abc.com.py