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Para los representantes del sector privado, que solicitaron el anonimato, hace falta una verdadera política de Estado en esta materia y una “estrategia global” que comprenda desde los recursos humanos hasta la disposición de los instrumentos tecnológicos requeridos hoy día. En realidad, considera que el tema atañe a todo el territorio nacional, pues últimamente los hechos delictivos en general se suceden no solo en Asunción y otras ciudades importantes, sino también en pequeñas localidades.
Sobre el tema, una fuente policial explicó que en los últimos tiempos la Policía ha accedido a una mejor tecnología para luchar contra la delincuencia, pero que aún faltan elementos que contribuyan a mejorar la capacidad de prevención y de respuesta a la acción de los marginales. Una fuente civil consultada expresó que es imperioso que se brinde a la Policía Nacional todo el apoyo necesario y se la dote de equipos tecnológicos de última generación, “pues los bandidos están hoy mejor equipados que las propias fuerzas de seguridad”.
Situación en el norte
Los sectores productivos rurales son los que más expectativas tienen con relación a lo que realizarían las autoridades del nuevo gobierno para contrarrestar la criminalidad en el norte del país, en la amplia zona de San Pedro, Amambay, Concepción y Canindeyú. Creen que en esas regiones las fuerzas policiales demandan de mejor atención y de una infraestructura moderna para que pueda cumplir cabalmente su misión de acabar con la delincuencia, especial mente la banda terrorista autodenominada EPP.
Precisamente, exponentes del sector privado indicaron que tienen información de la precariedad con que se manejan las fuerzas policiales, sobre todo en las zonas mencionadas. Indicaron que en ciertos aspectos “llama la atención” que las autoridades respondan con demasiada lentitud e incluso “con cierta desidia” ante la necesidad de aplicar las nuevas tecnologías de “alta gama” disponibles para enfrentar con posibilidades de éxito tanto al autodenominado EPP como a los narcotraficantes. Los déficits más pronunciados de la Policía, específicamente en la zona de San Pedro y Concepción, se da en lo relativo a medios de comunicación, armamento y equipo de combate de alta tecnología, como GPS, visión nocturna, entre otras posibilidades hoy disponibles.
En los territorios donde opera el EPP, muchos productores ganaderos y agrícolas han disminuido sus actividades o están pensando en irse, pues no confían en que las fuerzas policiales puedan garantizarles la seguridad. “Los policías tienen buena voluntad, pero qué pueden hacer si no tienen los instrumentos que precisan para lograr ventajas contra los delincuentes; no cuentan con radares, con mecanismos de intercepción táctica (para teléfonos y mensajes de texto), con radios digitales, fusiles modernos, chalecos antibalas”, indicó uno de los empresarios preocupados por la situación.