Argüello padecía de la enfermedad desde finales de 2012 y dependía de la máquina de hemodiálisis por afecciones renales. En los últimos meses fue víctima de cuatro derrames y la semana pasada lo afectó un cuadro de bronconeumonía que lo llevó a la internación en el Hospital Central del Instituto de Previsión Social.
El lunes de tarde fue dado de alta y regresó contento a su casa. Ya en horas de la noche, en lo que ya sería una despedida, dijo a su hija, Ancha, que ya quería descansar, porque se sentía muy cansado.
Cerca de las 23:00 fue llevado a su cama, previo chequeo de su yerno, el médico César Paredes. Hacia las 2:00 de la madrugada de ayer empezó a agonizar y minutos después murió, según comentó su eterno secretario, Ignacio Martínez. El certificado de defunción certifica que la causa fue un paro cardiorrespiratorio.
Argüello trabajó por más de 30 años en radio Ñandutí, en donde a través de su programa “La vida sigue igual” ayudó a miles de sus oyentes para solucionar algún tipo de problemas y movilizaba a ministros y directores de entes.
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Además dirigió la Fundación “Lo mío primero”, pese a que no llegó a registrarla como tal, debido a la excesiva burocracia. Fue director de la Escuela Municipal de la ciudad de Ñemby y fundó el periódico La Voz de Ñemby, hoy ya desaparecido.
Con el dinamismo que imprimía en cada actividad, Nicolás también fundó la orquesta de cámara “Lo mío primero”, integrado por niños y niñas. También ayudó a muchas instituciones educativas de la zona y de la ciudad de San Antonio, como la Escuela Puerta del Sol, en donde se construyó todo un pabellón con la Embajada de Japón.
Hasta marzo del año pasado dirigió el programa “La noche de Nicolás”, que se emitía los domingos por radio 88.3 Ñemby FM. Los restos mortales del carismático periodista son velados en el salón de la funeraria San Blas de Asunción (Avda. Mariscal López c/ Perú) y el sepelio será hoy en el cementerio de su natal Ñemby.
La ciudadanía siente con pesar la partida del comunicador. Tanto el gobernador de Central, Blas Lanzoni, como el intendente Daniel Ferreira (ambos del PLRA), lamentaron la noticia y lo calificaron como un gran trabajador y luchador: “Nicolás era un adicto al trabajo. Deja un gran legado, el amor al trabajo y el servicio a los demás, en especial a los más necesitados”, expresó Ferreira.