La mayoría tenían lugar en residencias o clubes como el Caracol, valuarte de la diversión noventosa en el que se bailaba sobre los parlantes y se vivía la trancisión de los oldies hacia la música electrónica, el soft metal y otros que se abrían paso a la par que las fronteras democráticas de la época.
En cuanto a los diseños de vestidos de quinceañeras predominaban las texturas suaves, bordados y complementos como guantes.
