Aramí O’Hara Cabrera es la representante del sector de la gastronomía y entretenimientos. Ella es la tercera generación de gastrónomos, con más de 12 años de experiencia personal en el rubro culinario. Actualmente, es directora ejecutiva del Grupo O’Hara Gastronomía, con varias inversiones dentro y fuera del país.
Además del citado rubro, la política es una de sus pasiones, y se desempeña como asesora en el desarrollo de políticas públicas y reorganización de programas educativos, enfocados a la gastronomía. Ha colaborado en campañas políticas de candidatos a cargos municipales y nacionales.
–La alimentación es un derecho humano y está contemplado en la Constitución Nacional. En cambio, la gente está pasando hambre.
–El Estado hoy tiene la tarea de asegurar tres cosas para los poco más de siete millones de paraguayos: alimento, salud y un techo para vivir. Pero existe una lentitud de las medidas sociales y económicas, hasta el día de hoy. Hay un temor de no recibir de forma correcta ninguna de las tres cosas. Un país que es su momento se jactaba de producir alimentos para 80 millones de personas, nunca logró establecer políticas públicas para dar de comer a su propia gente, y eso se refleja en los datos de que aproximadamente 1.300.000 personas están en franja de pobreza y pobreza extrema. Nosotros, desde el sector gastronómico, estamos a disposición para ayudar con uno de los tres pilares importantes, que a la gente no le falte comida. Pero tampoco hoy tenemos ninguna propuesta en concreto de parte del Gobierno para apoyarlos con esto, siendo que existen los recursos para ser reencauzados a fin de cubrir esta necesidad.
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–Las ollas populares se vienen sosteniendo con la ayuda de la gente.
–Más que clara realidad que estamos viviendo hoy por la crisis de la pandemia. Es una realidad de todos los días, incluso antes de la pandemia. Este es un Estado fallido en lo social para con su gente. Hay una falta de equidad en distribución de recursos y riquezas impresionante. Y la reforma del Estado y el desarrollo de un pacto social y políticas públicas a plazo mínimo de 20 años, son una urgencia. Y estamos en el momento exacto y preciso para hacer esos cambios como país. Imagínense que, aun en plena crisis, estamos leyendo de sobrefacturaciones y malversaciones de dinero de los contribuyentes. Es una falta de respeto, y la gente está perdiendo la paciencia. El estallido social que tanto temen los del Gobierno; ellos solitos lo están generando a corto plazo.
–A raíz de la crisis por el virus, ustedes se organizaron.
–En nuestra organización consideramos está en línea recta y con un norte fijo y tangible. A corto, mediano y largo plazo. Tomamos el compromiso de seguir remando y necesitamos la solidaridad de varios actores que aún no han emitido comentarios, como la banca privada, para sobrellevar esta situación. Como negocios, ya vamos a reorganizarnos. La conducta social va a migrar, y somos conscientes de que todos los modelos de negocios existentes deberán ser reinventados.
El IPS tiene los fondos para los subsidios, incluso para la creación de una primera parte de fondos de desempleo, porque hay una deuda histórica de 500 millones de dólares del Estado con el IPS, de los cuales estos 100 primeros millones estamos pidiendo que sea para cubrir los salarios de todos los trabajadores formales por lo menos hasta junio.
Nosotros exigimos que, en realidad, el subsidio sea sobre la base del 100% de lo que es el salario declarado en planilla del trabajador formal, y no un 50% con base en un salario mínimo. Hay muchísimos trabajadores que quedaron fuera de este tema del subsidio, y las empresas son afectadas de igual manera. No estamos de acuerdo, y la verdad que estamos bastante disconformes, porque hay mucha gente que quedo fuera y no esta recibiendo ningún tipo de ayuda.
–Solicitan con urgencia un reforma del Estado.
–El Estado viene endeudándose de manera irresponsable. Finalmente, vamos a terminar pagando todos, a mediano o largo plazo. De esta pandemia por el coronavirus no pueden salirse nuevos ricos aprovechando de la crisis. Plantear una reforma del Estado por medio de personas íntegras sentadas en la mesa es impostergable. Y toda la ciudadanía debe tener acceso a todos los desembolsos hoy del dinero enfocado a enfrentar la pandemia.
Estamos con el tema de la banca pública y privada exhortando que sean eficaces. Así como todos piden que seamos solidarios, pues saquen los créditos y los fondos de garantías de una vez por todas. Nosotros somos los generadores de empleo. Pero hoy la responsabilidad de proteger empleos y empresas, y evitar una profunda crisis social y económica, recae de forma exclusiva en el Gobierno nacional y municipal. Sin oxígeno, las empresas no van a poder reactivar la economía y habrá mucho más desempleo.
