Ayer, representantes de unas 14 organizaciones de los Bañado Norte, Sur, Tacumbú, Zeballos Cue y del departamento Central, Itauguá, San Antonio, Ñemby y Luque pertenecientes estos a los asentamientos de Patria Nueva estuvieron frente a la Secretaría de Emergencia Nacional (SEN) y lograron dialogar con el ministro Joaquín Roa, quien nuevamente se comprometió a llevar los insumos a las comunidades y entregárselos con suficiencia y de manera continua cada 15 días.
Luego de la reunión mantenida con los representantes, el ministro salió a saludar y expresar públicamente su compromiso a todos los manifestantes que vienen sosteniendo las ollas populares en sus comunidades. Prometió la entrega de una balanza de ollas, de carpas y puntales y que para la leche está prácticamente terminando las gestiones para obtener y poder distribuir. Así también gestionará la carne con el sector empresarial. No se comprometió con entregar verduras.
Otro aspecto importante que las representantes presentaron al ministro de la SEN fue una cartilla de recomendaciones para la elaboración de las ollas populares de la INAN, dependiente del Ministerio de Salud Pública donde muestra cuales son los insumos que tienen que tener las ollas para que la alimentación sea nutritiva y sana; sin embargo, lo que entrega la SEN está muy lejos de ese plantamiento. “Nosotros le hemos demostrado que en la última entrega ellos estuvieron distribuyendo bolsas de 50 kilos de maíz blanco como si fuera locro. Hemos traído y mostramos que el maíz blanco está muy lejos de ser locro para el consumo. Creemos que fue un gran logro esta acción, porque nuevamente se demostró que solo la presión popular, en este caso de las ollas populares, es lo que hace que este Gobierno asuma su compromiso. Muchas de las representantes de las ollas estuvimos hoy presentes, lo cual indica por un lado la necesidad y el compromiso de las organizaciones de seguir luchando por el derecho a la alimentación”, mencionó Kimberly Samaniego.
También hicieron circular un comunicado en el que afirman: “El Gobierno sigue sin asistir alimentariamente a la población de los bañados y de diversos asentamientos que hoy estamos en crisis: sin alimentos y con escasas posibilidades de volver a trabajar, y quienes ya lo hicieron tienen un ingreso mucho más reducido que el que percibían antes de la pandemia. Por ejemplo, una ganchera ganaba a la semana en promedio G. 270.000 y hoy solo percibe alrededor de G. 70.000”.
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“Así también las transferencias a través de los Programa Ñangareko y Pytyvõ llegaron de forma muy limitada sin beneficiar ni siquiera al 50% de las personas en situación de vulnerabilidad”, señala.
