La paz
“La paz comienza con una sonrisa”.
Madre Teresa de Calcuta
(1910-1997),
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misionera de origen albanés naturalizada india.
“Ojo por ojo y todo el mundo acabará ciego”.
Mahatma Gandhi
(1869-1948),
político y pensador indio.
“No basta con hablar de paz. Uno debe creer en ella y trabajar para conseguirla”.
Eleanor Roosevelt
(1884-1962),
defensora de los derechos sociales y diplomática.
“O caminamos todos juntos hacia la paz, o nunca la encontraremos”.
Benjamín Franklin
(1706-1790),
estadista y científico estadounidense.
Paz del Chaco
El 12 de junio de 1935, en Buenos Aires, Argentina, se firmó el Protocolo de Paz en el cual se acordó el cese definitivo de las hostilidades que se habían iniciado en septiembre de 1932, en medio de disputas territoriales entre nuestro país y Bolivia. Dos días después, a las 12 cesó el fuego en el frente de batalla. El comandante en Jefe del Ejército en campaña, general José Félix Estigarribia, trasmitió la proclama. Pero en la capital argentina continuaban las negociaciones de la Conferencia de Paz.
Recién después de que Bolivia perdió su salida al mar, a raíz de la Guerra del Pacífico (1879), la región del Chaco adquirió un valor estratégico para ese país. La ocupación del Chaco Boreal era ahora necesaria para salir al río Paraguay y por esa vía acceder al océano Atlántico.
Entre las causas más importantes que llevaron al conflicto de la Guerra del Chaco se cita la aplicación, a partir de 1810, entre los nuevos estados emergentes en el mapa americano, de la figura jurídica conocida como Uti possidetis iuris, que en el caso de Bolivia le otorgaba cierta calidad de sucesora de la antigua Audiencia de Charcas.
Luis Verón, en su obra La Guerra del Chaco 1932-1935, señala que esta condición tenía poca consistencia, porque nunca, en todo el periodo colonial, fueron definidos los límites de las circunscripciones españolas en América. “Justamente esa situación fue la que originó los problemas que el Paraguay tuvo con sus vecinos directos y que desembocaron, tanto en el conflicto con la Triple Alianza (1864-1870) como en el paraguayo-boliviano, entre 1932 y 1935”.
Si el Uti possidetis iuris le daba a Bolivia ciertos derechos sobre el territorio chaqueño, al Paraguay le amparaba el Uti possidetis de facto, pues a lo largo de su historia hizo acto de presencia, si no en todo el territorio, en parte importante del Chaco. Desde la época colonial, las autoridades de Asunción fundaron poblados y guarniciones militares con el objetivo de establecer la soberanía del Paraguay en ese territorio. Así, en el norte surgieron los bastiones de Fuerte Olimpo, en 1792; de Bahía Negra, de la misión de Melodía, entre otros.
Las discusiones se centraban en las propuestas de límites y la reglamentación de la no agresión entre las partes. Finalmente, el 21 de julio de 1938 se firmó el Tratado de Paz, Amistad y Límites entre Paraguay y Bolivia. Con la aprobación y el cumplimiento oficial de todo lo estipulado entre las partes de este tratado, la guerra llegó a su fin.
