Palalá, en Yhacanguazú
La crónica de 1968 describía cómo un grupo de mujeres desnudas ingresaban a las transparentes aguas del Yhacanguazú, cerca de su confluencia con el Tebicuary (en la actual Borja). En un ritual pagano heredado de los guaraníes lograban la mejor pesca con ayuda de unas cestas. Era el tradicional palalá, onomatopeya que aludía al ruido que hacen las pescadoras al golpear el agua con las palmas de las manos. La práctica estaba casi en extinción y era tan abundante la cosecha que gran cantidad de peces devolvían al río. En las casas, los hombres aguardaban a las matriarcas con el fuego encendido.
Colegio Nacional de Niñas
“12 horas y una esperanza” decía el título de la noticia publicada en ABC Color hace 53 años. Desde las 7 de la noche del 28 de febrero de 1968 varios padres aguardaban con la esperanza de anotar a sus hijas en el Colegio Nacional de Niñas. “Se plantaron frente al portón de entrada. Y allí aguardaron que a las 7 de la mañana (siguiente) les atendieran las autoridades del colegio”. Remataba el suelto que este problema se agudizaba cada vez más y requería una solución rápida y eficaz.
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Adiós a Rodolfo Patiño
A las 00:40 de la madrugada del 28 de febrero de 1968 una motocicleta embistió a un micro en la avenida Eusebio Ayala y Choferes del Chaco. El conductor del biciclo era Juan Rodolfo Patiño, “una esperanza de 23 años, que se fue luego de dar un gran último adiós” con el mejor partido de su vida frente a Peñarol, que le dio a Guaraní la clasificación para la Libertadores. El ganador de cien partidos fue velado en su club y sepultado en su pueblo natal de Atyrá. “El tempranero epílogo de Juan Rodolfo Patiño” decía la contratapa de ABC el 29 de febrero. Murió en su ley, era la tercera vez que lo llevaban a Primeros Auxilios después de un accidente, pero esta ocasión no resistió.
Fotos: ABC Color/Archivo