La canasta mecánica

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HARTAZGO Y FALTA DE COOPERACIÓN. Es comprensible que la ciudadanía haya manifestado su hartazgo en multitudinarias movilizaciones de protesta. Es lamentable la violencia vandálica infiltrada.

Es comprensible el hartazgo de parientes de gente enferma de gravedad, que no recibe la atención médica correspondiente ni la costosa medicación, como debería ser en el IPS, por ejemplo. La situación pone a los familiares en la desesperada necesidad de vender su propia casa, para conseguir el dinero y solventar los gastos de salud.

Es comprensible el hartazgo de quienes se quedaron sin trabajo. Es comprensible el hartazgo de quienes perdieron sus empresas. Es comprensible el dolor de quienes perdieron seres queridos.

Y es comprensible el hartazgo ante la corrupción pública que no disminuye ni siquiera en plena pandemia.

Nuestras autoridades actuaron con errores y aciertos. No debe ser nada fácil administrar en pandemia. Pero qué beneficio podría traer al país un juicio político al presidente Mario Abdo Benítez, además, sus posibles sucesores dejan mucho que desear. No es prudente cambiar de caballo en mitad del río, dice el refrán. Y estamos en medio del río caudaloso en plena pandemia.

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Mazzoleni fue vitoreado como un héroe al principio (pudo haber molestado a importantes sectores de los partidos políticos). Nuestro país fue felicitado por la rapidez con que se tomaron las primeras medidas sanitarias de aislamiento y prevención y su figura fue creciendo, ya se lo perfilaba como futuro candidato a la Presidencia de la República. Allí empezaron a aparecer las adquisiciones fraudulentas y los comentarios tendenciosos que buscaban involucrar al ministro de Salud Julio Daniel Mazzoleni Insfrán, en cuya honestidad confío, porque no tengo información que lo vincule con la corrupción y cuya renuncia lamento.

Yuval Noah Harari dice que la ciencia identificó al coronavirus en cuestión de meses y en poco tiempo se encontraron vacunas eficaces, pero la política no estuvo a la altura de la ciencia. Señala que la cooperación es la principal diferencia entre el éxito científico y el fracaso político. Mientras que los científicos del mundo compartieron información y trabajaron juntos en beneficio de la investigación en general, “los políticos no consiguieron crear una alianza internacional contra el virus y acordar un plan global”.

El mayor peligro son las personas, no el virus, dice Harari. Si colaboramos a nivel nacional e internacional, saldremos adelante sin ninguna duda. El problema es la falta de unidad global. Las cuarentenas y los confinamientos son medidas pertinentes, pero deberían llevarse a cabo de manera coordinada en todo el mundo. En lugar de una producción conjunta de test, ropa de protección y respiradores y de un reparto coordinado entre todos los países, vemos que los más ricos tratan de hacerse con todo. Los estados tendrían que tenderse la mano en vez de dejar de lado a las víctimas. Deberían compartir información honesta y veraz y no pensar solo en su economía. Pero eso exigiría un elevado nivel de confianza internacional. Las autoridades gubernamentales de nuestro país tienen la oportunidad de mejorar su gestión y ganarse la confianza de la gente.

carlafabri@abc.com.py