Mirando al yaguareté

Ingrid Seall es una artista paraguaya nacida en Asunción en 1975. Creció amando el arte en todas sus formas y ya desde chiquita pasaba horas pintando y creando maquetas y figuras con todo lo que había a su alcance: plastilina, arcilla, telas, botones, hojas, etc. Estudió cerámica y escultura con Patricia Ayala, luego con Pete Guggiari, Gustavo Beckelmann y Hermann Guggiari, y más tarde realizó la licenciatura en Arte en el ISA (Facultad de Arquitectura, Diseño y Arte de la Universidad Nacional).

Su trabajo de escultura –explica– investiga la anatomía humana, pero también fusiona figuras zoomorfas, y este proyecto en cuestión surgió a partir de la idea de crear tallas de yaguareté y que cada una de estas tuviese un carácter particular. La creadora hizo figuras del animal con todas sus características físicas, para luego ser intervenidas por diferentes artistas. Las dieciocho esculturas que preparó representan a los dieciocho países que se suman a la protección de esta especie en peligro.

Compromiso desde la sociedad

En una fase inicial de su investigación sobre los felinos del Paraguay conoció la labor de la bióloga Andrea Weiler, una mujer apasionada por la conservación de especies nativas en riesgo de extinción. “Su solitaria lucha por la conservación me conmovió profundamente y fue ahí cuando juntamos nuestras inquietudes. Nos dimos cuenta de que uniendo pasiones compartidas podíamos despertar a más personas a sumarse en este interés que es de todos. Si desde un taller de arte y un laboratorio de biólogos se puede crear un proyecto así, ¿cuánto más podemos hacer si todos como sociedad nos comprometemos?”, se pregunta Ingrid.

Para este proyecto invitaron a dieciocho artistas plásticos a participar por medio de la pintura de las esculturas. Los yaguaretés tienen todos diferentes manchas, que son únicas –como las huellas digitales–, dice y añade que quisieron entonces que cada artista pintara su propio estilo en cada una de las esculturas, dotándolas de ese carácter único y original. Los convocados se sumaron gustosos a la idea y donaron su creatividad y compromiso; algunos de ellos son artistas de mucha trayectoria, así como también los hay emergentes. Cada uno se encuentra trabajando en su propio taller, alistando piezas que pronto serán mostradas al público.

La campaña se inició en enero y próximamente estarán invitando a conocer las piezas en una acción que se realizará en un espacio abierto, en el que se hará un pedido especial a las autoridades responsables de las leyes que afectan al felino. La idea es hacer una exposición al aire libre para que todos puedan acercarse y sentirse identificados, además de conocer un poco más sobre la problemática que afecta a esta y otras especies, explica. “Nos gustaría demostrar cómo todos desde su lugar pueden ayudar a cambiar el destino de la vida silvestre del Paraguay”.

Alba Acosta alba.acosta@abc.com.py

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