Las guerras, fracaso de la humanidad contemporánea

Este artículo tiene 3 años de antigüedad
Las guerras, fracaso de la humanidad contemporánea.
Las guerras, fracaso de la humanidad contemporánea.Shutterstock

Luego de tantas experiencias traumáticas con las guerras de conquista en la historia de la humanidad, no sería errado pensar que podría superarse este estado de tensión en nuestro siglo 21. No es un fenómeno meteorológico, pasajero e inevitable. Es una política de Estado, de potencias competitivas, ante los ojos de miles de personas indefensas.

Pasaron treinta años de la disolución de la “Unión de Repúblicas Libres”, como proclamaba el himno soviético, que significó la descolonización de quince naciones incluida Rusia, y al hacerlo, cada una empezó a imaginar sus orígenes libres, superado su reciente pasado soviético.

Empezó el camino de la trabajosa libertad. Había terminado la censura y el apoyo estatal para la mayoría de las instituciones del gobierno, la crítica marxista, la crítica feminista, lo poscolonial, señala Hannah Deikun, quien en la revista ISTOR: ‘Nueva historia de Rusia’, coordina una reflexión sobre el concepto de rusística que analiza los territorios exsoviéticos. Alude a cinco investigadores originarios de Rusia y Ucrania: Gerasimov, Mogilner, Portnov, Plokhii y Anna Temkina, formados en la Unión Soviética. También cita a Soledad Jiménez Tovar, mexicana, con una mirada crítica a la rusología, una disciplina por venir en México y América Latina.

Se refiere a Gerasimov y Mogilner, protagonistas cofundadores y corredactores de la Revista Ab Imperio, publicación del año 2000 en Kazan, Rusia, buscando ser plataforma para los estudiosos sobre la región anteriormente soviética. Y con otros autores se desarrolló la nueva corriente historiográfica, llamada Nueva Historia Imperial, que pretende repensar el pasado del inmenso territorio con un nuevo lenguaje analítico. Nueva historia Imperial de Eurasia del Norte (2017) cubre el período entre el Siglo VI y principios del Siglo XX.

Un imperio bajo otro nombre

Las guerras, fracaso de la humanidad contemporánea.
Las guerras, fracaso de la humanidad contemporánea.

Esta edición de Istor pretende acercar al lector a esas nuevas investigaciones de la historiografía del espacio eurasiático que todavía son poco conocidas en español.

Todos los beneficios, en un solo lugar Descubrí donde te conviene comprar hoy

Cuando se fundó la Revista, la escritura de la historia de la región se preocupaba por las historias nacionales propias, enfoque que estaba prohibido y censurado en tiempos soviéticos no solo en las repúblicas sino también en la misma Rusia.

La Nueva Historia Imperial propone que el Imperio sea visto como una situación y no como una estructura.

Imperio se entiende no solo como una categoría de la práctica histórica, sino como una categoría analítica que describe una diversidad compleja y desigual de diversas naciones como espacios políticos, sociales y culturales. Entonces, la meta sería la adopción de un nuevo idioma analítico para describir la realidad multinacional de la situación imperial.

Ucrania ubicua

Las guerras, fracaso de la humanidad contemporánea.
Las guerras, fracaso de la humanidad contemporánea.

Básicamente la región ha sido un área de influencia de dos entidades políticas. Europa se expandía y tomaba Ucrania como propia, y, luego al revés, Ucrania era el apéndice de la Rusia imperial. La historia ucraniana se desarrolló de modo pendular, un tiempo en Rusia y otro en Europa. En Rusia hay ucranianos que se sienten europeos y otros, rusos. Esta situación tiene siglos. El Imperio Austrohúngaro era la marca limítrofe, competitiva con la Rusia de los zares.

En épocas de debilidad rusa, Ucrania busca aprovechar y establecerse como república independiente. En épocas de fortaleza rusa, como bajo Stalin, Ucrania sucumbe, oprimida a la fuerza. Mientras lo estaban proponiendo para el Nobel de la Paz en la década de los 1930, Stalin se confiscó toda la cosecha de trigo de Ucrania e impuso la hambruna, en una tragedia que mató a millones y que se denomina el Holodomor. Para los ucranianos separatistas, Rusia fue su victimaria. Y su memoria es parecida a nuestros padecimientos en razón a la Triple Alianza.

La geopolítica imperial

Las guerras, fracaso de la humanidad contemporánea.
Las guerras, fracaso de la humanidad contemporánea.

También está la cuestión militar. La Unión Soviética fue una potencia militar y quiso ser potencia marítima en el mar Ártico, nunca pudo tener armada móvil todo el año. La salida era el mar Báltico; los vecinos Finlandia, Suecia, Noruega, Alemania. El Báltico se congela menos y el mar Negro baña Ucrania, clave en términos militares.

Ucrania se independizó, y los ucranianos buscaron conectarse con Europa. Rusia es un país poderoso en términos militares. Pero al mismo tiempo es subdesarrollado y vive de commodities (materia prima sin valor agregado), el comunismo no desarrolló ciencia ni tecnología de punta. Tuvieron siempre solo gas y petróleo.

Rusia puso ductos en Ucrania para abastecer a los clientes. Para Rusia es fundamental tener el control pleno en Bielorrusia y Ucrania. De lo contrario, se ahoga.

En Bielorrusia lo consiguió, a Lukachenko lo mantiene Putin. Cada vez que se rebela Bielorrusia, le cortan el gas y la gente se congela. En Ucrania, cuando empezó la situación de querer independizarse, mataron al candidato a presidente.

Ahora sube el gas y el petróleo a nivel internacional en el marco de la economía globalizada.

En 2014, Ucrania dijo querer estar en la OTAN. La península de Crimea fue invadida por Putin con mercenarios. Putin aseguró Crimea, pero el enfrentamiento con Ucrania no tuvo resolución. Quedaba solamente anexar Ucrania con tropas rusas.

Y en pleno Siglo XXI, desde Moscú, planearon una guerra relámpago, en el mes de febrero, cuando el anegadizo terreno ucraniano está congelado y es firme para tanques y transportes blindados.

Los bombardeos rusos se extienden por todo el país, con miles de civiles, niños y ancianos muertos. Misiles se disparan contra centros de operación de inteligencia y abastecimientos. También bombardearon Kiev, la capital de Ucrania. Eso llevó a un panorama desolador, con migración masiva y mucha angustia.

No está muerto quien pelea

Volodímir Zelensky, presidente de Ucrania.
Volodímir Zelensky, presidente de Ucrania.

Lo que no se imaginó Putin es la resistencia de Ucrania. Suponemos que la OTAN no se va a involucrar. Si un miembro de la OTAN se ve en peligro, los Estados partes tienen que ayudarse. Los gobiernos de Occidente apoyan a Ucrania sin meterse en la guerra.

Las guerras son una categoría política esencial en la historia del hombre. Para Heráclito, filósofo griego, la guerra está en la naturaleza general de las cosas, es la expresión peculiarmente humana de la lucha que prevalece en todo el universo.

El ancestral general chino Sun Tzu, en su celebre obra El Arte de la Guerra, escribe –la guerra es el mayor conflicto de Estado, la base de la vida y la muerte, el Tao de la supervivencia y la extinción, entendiendo el Tao como la vía, el camino.

Nicolás Maquiavelo en el Arte de la guerra hace una meditación histórica sobre las virtudes de la vida militar y la necesidad de que se organice y discipline.

Cambió el mundo, de la noche a la mañana, con armas de ultima generación, en una actitud de poderío y prepotencia por parte de Vladímir Putin, que pasará a la historia como un genocida.

En su momento, gobernó la Unión Soviética Nikita Krushev, ucraniano, seguidor de Stalin, el que hizo pasar hambre a su Ucrania natal. Este gobernante estuvo cerca de iniciar una guerra nuclear con Estados Unidos por el caso de los misiles en territorio cubano en 1962. Pero la sangre no llegó al río. El sistema MAD (Destrucción Mutua Asegurada, en español) impuso cautela y sensatez.

Esa misma cautela ahora se teme no la tenga un gobernante absoluto como Putin. Por eso, la OTAN prefiere ayudar a Ucrania, pero no pelear su guerra.

Sin embargo, como lo aprendieron muchos tiranos en la historia, se puede iniciar una guerra con planes de victoria inmediata. Pero en el proceso se sobrevalora a su propio ejército y se infravalora al enemigo. Putin descubrió para su pesar que su ejército no será bienvenido como liberador de Ucrania. Zelensky se erigió en un líder internacional.

Eso hubiera sabido Putin de haber estudiado la historia de Ucrania. Sus justificados temores sobre Ucrania –a través de Ucrania, las tropas Nazis invadieron Moscú y San Petersburgo en la Segunda Guerra Mundial– pudieron resolverse con una diplomacia firme que le pusiera límites a la OTAN y no con una invasión conquistadora por medio de un ejército endeble, incapaz de alimentar a sus tropas en campaña.

La lección sigue esquiva. Las guerras en el siglo XXI son incluso más difíciles de pelear que las de antaño porque ahora cada soldado con un teléfono celular es un potente cronista capaz de obtener la simpatía mundial con un simple video descriptivo. Hace un siglo se quiere erradicar las guerras, pero ese es el gran fracaso de la humanidad, la guerra parece alejarse, pero nunca desaparece.

Más info:

Bibliografía

ISTOR, Revista de Historia Internacional. 2021. Nº 85 Nueva historia de Rusia, Hanna Deikun (coordinadora).