Un viejo guerrero que nos vuelve a conmover

General Eugenio Alejandrino Garay.
General Eugenio Alejandrino Garay.

Sobreviviente de tantos entreveros políticos y marciales, Eugenio Alejandrino Garay (1874-1937) llegó a la Guerra del Chaco ya con una edad avanzada para aquella época. Al principio le dijeron que no. Que a sus años era mejor que permaneciera en retaguardia; que con sus hijos en el frente ya era suficiente el sacrificio de la familia.

Sin embargo, una sucesión de hechos hizo que el viejo guerrero, intelectual y bastión de la moral política fuera llamado para el combate. Y fue de los más audaces y carismáticos comandantes divisionarios. Factor fundamental en El Carmen, protagonizó –al frente de su 8ª División de Infantería– la épica hazaña de Yrendague. Lo hizo tras aquella marcha asombrosa que culminó el 8 de diciembre de 1934 con una victoria en la que muy pocos confiaban. La misión que le habían encomendado al entonces célebre coronel Garay y sus hombres era poco menos que suicida.

La toma de Yrendague marcó la irreversibilidad de la victoria paraguaya.

Estando en el frente recibió la noticia del fallecimiento de María, su estoica esposa. El general Estigarribia puso a su disposición un avión militar para que bajara a Asunción a velar su duelo personal.

María Eugenia Garay, escritora.
María Eugenia Garay, escritora.

Se negó a hacerlo y en homenaje a la memoria de su compañera de vida siguió velando por la vida de sus comandados. Solamente solicitó que el permiso se lo concedieran a su hijo mayor, Juan Federico, también combatiente, para que se despidiera de su madre.

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Igual que su ilustre hermano Blas Garay, Eugenio Alejandrino fue también fiero defensor de la honestidad en la función pública desde el periodismo. Honró al Partido Colorado y sirvió a la patria en la diplomacia durante un gobierno liberal.

El calendario histórico nacional estableció el 16 de noviembre como Día de la Infantería Paraguaya, en homenaje a la victoria de El Carmen (1934) y al natalicio del más notable infante compatriota, el general Garay.

Garay falleció el 17 de abril de 1937. Como otros héroes paraguayos, murió pobre, sin la posesión de palacios fastuosos ni miles de hectáreas de tierra usurpadas a los labradores auténticos. Dejó, en cambio, el recuerdo del hombre idealista, decente, que dio todo por la patria, como militar y como ciudadano común.

Portada del libro Luna Roja sobre el Chaco, de María Eugenia Garay. Editorial Rosalba.
Portada del libro Luna Roja sobre el Chaco, de María Eugenia Garay. Editorial Rosalba.

María Eugenia Garay, nieta de Eugenio Alejandrino, vuelve con este relato, Luna roja sobre el Chaco, a internarse en los intersticios emocionales de aquel mítico conquistador de glorias y penurias. Escritora de agudeza sensitiva, María Eugenia escarba en la memoria y el espíritu donde se purifica y explica la profunda humanidad de su abuelo. Garay fue un guerrero total que trascendió lo bélico para dar batallas dialécticas y éticas en las que triunfó siempre, aunque se quedara después devastado tras la lid.

Luna roja sobre el Chaco es una novela conmovedora. Por lo que representa el protagonista en sí y por la estructura técnica del relato que permite la comunión plena entre el pensamiento emotivo de Garay personaje y la racionalidad emotiva de Garay narradora, que se convierte, esta última, en la sombra de los sentimientos que van emergiendo mientras el entonces coronel escribía mentalmente su futuro atrincherado en su pasado.

María Eugenia Garay y su mascota.
María Eugenia Garay y su mascota.

La obra se inicia en la madrugada del 5 de diciembre de 1934, poco antes de que se largara la marcha prodigiosa hacia Yrendague. Garay le escribe una carta íntima a María, su esposa fallecida. Esa carta plena del amor manso que es la forma más sublime de amar, describe a Garay como hombre en absoluto dominio de su sensibilidad. Sentado en su diminuta carpa de campaña, aparecía muy lejos del bronce que ya era entonces para sus comandados y para sus comandantes.

Le habían encomendado la misión imposible. María Eugenia traza con prosa natural, y con una sencillez que evita dramatismos fatuos, la presencia de ánimo del coronel ante la presencia emocional de su amada ausente. Entonces el coronel le confiesa a su amor de toda la vida la única infidelidad en la que había incurrido. Su otro amor, además de María, fue la Patria:

Y es precisamente por amor a ella, que apenas amanezca voy a emprender esta marcha, considerada por todos, un imposible. ¿Me perdonas, amada mía?

Luna roja sobre el Chaco es un homenaje encendido, un íntimo reencuentro de María Eugenia con su abuelo ante la lumbre de una fogata imaginaria en el corazón de aquella tierra en la que Eugenio Alejandrino demostró que está en la Historia porque como guerrero combatió, más que con la fiereza del de la sangre bullente, con el amor del que tuvo dos grandes razones para vencer y vivir: María y la Patria.

nerifarina@gmail.com