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Honoré de Balzac
(1799-1850)
Escritor francés.
“Es más fácil quedar bien como amante que como marido; porque es más fácil ser oportuno e ingenioso de vez en cuando que todos los días”.
Ramón de Campoamor
(1817-1901)
Poeta español.
“Saben bien los amantes instruidos que quiere decir "sí" tres "no" seguidos”.
François de La Rochefoucauld
(1613-1680)
Escritor francés.
“Lo que hace que los amantes no se aburran nunca de estar juntos es que se pasan el tiempo hablando siempre de sí mismos”.
Jacinto Benavente
(1866-1954)
Dramaturgo español.
“Si la pasión, si la locura no pasaran alguna vez por las almas… ¿Qué valdría la vida?”.
La casta Artemisa
Artemisa, hermana gemela de Apolo, es considerada diosa de la caza y de las criaturas del bosque, además, también protectora de los niños, y como su madre Leto le dio a luz sin sufrir ningún dolor, ella era invocada para que ayudara en los partos. Por lo general, se representa con una túnica corta, portando arco y carcaj, y acompañada de un cortejo de ninfas silvestres. La deidad se conservó virgen y era muy celosa de su castidad.
Una de sus ninfas era Calisto, a quien Zeus amó adoptando las facciones de Artemisa. Una versión narra cómo cuando ella descubrió que la infeliz ninfa estaba embarazada, se apresuró a su arco y tomó una flecha, pero en el preciso instante en que Artemisa se disponía a matar a la desventurada doncella, Zeus transformó a Calisto y la situó en el cielo con la constelación de Osa Mayor.
La casta diosa mantenía en secreto el lugar donde se bañaba; por tanto, cuando el cazador Acteón la sorprendió con sus ninfas en el momento de desnudarse junto a un manantial, Artemisa lo transformó en ciervo e incitó a los sabuesos del joven para que lo destrozaran a dentelladas. Esta deidad no toleraba faltas de ninguna especie (*).
Recopilación: acattivelli@abc.com.py