Directo al corazón

La cantante Nuria Lima prepara un concierto para homenajear a su padre, el también cantante y compositor Santos Lima. “A un año y un mes de su partida, revivimos y celebramos su vida”, dice una agradecida hija.

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El homenaje, más que merecido, tendrá lugar el 7 de febrero en el Teatro Municipal Ignacio A. Pane. El espectáculo incluye su último trabajo discográfico, seis temas inéditos y un poema sinfónico, La Gran Epopeya, inspirado en la Guerra contra la Triple Alianza. Este evento de gran repercusión cultural a nivel nacional contará con la participación de grandes artistas, como el maestro Luis Álvarez y la flautista Patricia Álvarez; la orquesta del maestro Santos Lima: Lo Mitãme Guarã, la orquesta de Lobo Martínez, el ballet de Sussy Sacco y su hija; la cantante Nuria Lima, por supuesto, quien recordó a su padre como un ser amoroso, complaciente, cercano, generoso, amigo y consejero. “Le tengo presente con su gran amor a Dios, la familia y la música; sus largas horas de ensayo, su excelencia, emoción y pasión cuando componía”, le cuenta a ABC Revista.

El emotivo espectáculo contará con una puesta en escena de música, voces, sonido y luces para resaltar la figura de este máximo exponente de la cultura paraguaya, los más de 60 años de dedicación a la música en todos sus ámbitos y su extensa obra, un legado que perdurará en la historia y cultura de nuestro país.

Santos Lima fue un destacado músico, notable arreglador, profesor superior de canto con muy buena formación para dirección coral, además de su profesión de contador público. “Su influencia en mi música ¡fue total! Si bien el talento y todo don procede de Dios, papá fue quien me inspiró, alentó y enseñó, pero siempre dejándome libre, respetando y escuchando mis propias ideas sin escatimar en proporcionarme todo lo que él tenía para ayudarme”, expresa la cantante.

Sin duda, su trayectoria es vasta. En 1953 manifestó como un torrente su vocación por la música, eligiendo como instrumento musical el acordeón a piano y tomando lecciones con su propio padre. Luego, adquirió conocimientos de teoría y solfeo con la profesora Bella Giménez, hija del maestro Remberto Giménez, en tanto que los estudios de armonía, con los maestros Carlos Dos Santos, Luis Cañete y César Medina; dirección coral, con David Sudermann y el profesorado superior de canto, con Sofía Mendoza.

Su veta de compositor se manifestó con los temas populares Mi Serenata, Hora lo Mitã y Penumbra, entre otras. Su primera orquesta fue Los Románticos del Paraguay y, también, creó Los Hidalgos. En 1981 cumplió sus bodas de plata con la música y con ese título lanzó un LP con un variado repertorio. En conmemoración del cincuentenario de la Guerra del Chaco grabó un material bajo el rótulo de Canto a mi Patria, declarado como “obra útil” por el Ministerio de Educación y Cultura. Este incansable cultor de nuestra música, al llegar a los 90, se dedicó de lleno a la docencia, realizando un Festival Anual de Clausura durante seis años consecutivos con sus alumnos en Capiatá. Ya en marzo de 1998, el maestro Luis Szarán, dentro del Ciclo de Música Paraguaya, lo invitó a dirigir la OSCA, con sus propios arreglos de nuestra música folclórica. En sus últimos años de vida integró el directorio de APA, desempeñándose como tesorero y continuó, paralelamente, con su actividad de docente en el plano musical.

Nuria no puede sino emocionarse con este homenaje. “Era admirable su generosidad.... Hubo un tiempo en el que se dedicó a llevar música a las cárceles, los hospitales y yo le acompañaba siendo tan solo una adolescente. Esa fue una experiencia impactante para mí. Todos los recuerdos son hermosos, como los viajes a Europa solo para verme cantar; disfrutaba mucho viéndome en mis presentaciones en España y en los barcos de cruceros, y yo, orgullosa, desde el escenario le presentaba y dedicaba una canción. Ver su cara de emoción y orgullo ¡me llenaba el alma!”, confiesa.

Añade que de niña le llevaba “a todas partes”. “Le acompañaba siempre a los estudios de grabación y las largas horas de ensayo, y cuando ya no podía más de sueño, me quedaba dormida encima de la funda de su acordeón”.

Por todos esos recuerdos, y momentos, por su gran legado al país, por su calidad de persona y profesional, su hija Nuria Lima revive y celebra su vida.

ndure@abc.com.py 

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