Donar sangre, gesto solidario

El 14 de junio de cada año se celebra en todo el mundo el Día Mundial del Donante de Sangre. El lema de la campaña de este año es “Gracias por salvarme la vida”. La campaña se centra en agradecer a los donantes su decisión, que permiten salvar muchas vidas. La doctora Amanda Carolina Molas, directora del Programa Nacional de Sangre del Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social, en este día de celebración mundial, pide encarecidamente a las personas que donen sangre de forma voluntaria y con regularidad.

“Tenemos un lema que dice: ‘Dona voluntariamente, dona a menudo. Donar sangre es importante’. Queremos concienciar sobre el valor de realizar este acto, ya que –como es sabido– las donaciones contribuyen a salvar vidas y mejorar la salud”.

Efectivamente, las transfusiones de sangre contribuyen a salvar millones de vidas cada año. Según la doctora Molas, permiten aumentar la esperanza y calidad de vida de pacientes con enfermedades potencialmente mortales, así como llevar a cabo procedimientos médicos y quirúrgicos complejos. También desempeñan un papel fundamental en la atención materno-infantil, y en las consecuencias que sufren los humanos tras los desastres naturales y provocados.

La meta propuesta es colectar 120.000 unidades provenientes en un 100 % de donaciones. Para Molas, la dificultad principal está en la falta de educación e información en la población, por lo cual el programa a su cargo agregó –a las estrategias vigentes– campañas de sensibilización en las escuelas y colegios, dando información sobre la donación de sangre, basada en valores como la solidaridad, participación comunitaria y responsabilidad cívica.

En nuestro país, las donaciones de sangre aumentaron a 80.448, en el 2014, de las que un 12 % son voluntarias.

Con regularidad

Agrega que el donante es una persona física, espiritual y emocionalmente saludable. “La donación debe ser responsable, altruista y repetitiva. Responsable porque debe ser un acto voluntario, no impuesto. Altruista porque no se recibe nada a cambio; no se compra ni se vende; y repetitiva porque no se trata de donar solamente hoy, sino que es absolutamente imprescindible donar periódicamente. Se trata de convertir la donación en un hecho habitual”, recalca esta profesional, siguiendo los mandatos de la Organización Mundial de la Salud.

Según esta, existe una necesidad constante de donaciones regulares, debido a que la sangre solo se puede conservar durante un tiempo limitado y luego deja de ser utilizable. Las donaciones regulares por un número suficiente de personas sanas son imprescindibles para garantizar la disponibilidad de sangre segura en el momento y lugar en los que se precise.

La sangre es el regalo más valioso que podemos ofrecer a otra persona: el regalo de la vida. La decisión de donar sangre puede salvar una vida o, incluso, varias si esta se separa por componentes –glóbulos rojos, plaquetas y plasma–, que pueden ser utilizados individualmente para pacientes con enfermedades específicas.

Molas afirma que cuentan con un vehículo totalmente equipado para la recepción de donaciones de sangre, además de una furgoneta refrigerada para el transporte de esta y una camioneta para el traslado de los profesionales que realizan el trabajo. Invita a que las empresas sigan abriendo las puertas para que puedan llegar a los donantes y sigan formando clubes de donantes, de manera que cuando un compañero necesite, ya se disponga de los volúmenes requeridos para evitar el inconveniente que genera trasladarse al lugar en el que se encuentra la persona enferma.

Finalmente, invita a la gente a convertirse en donantes, al tiempo que aclara algunas preguntas frecuentes con relación al tema. Señala que las mujeres pueden donar hasta tres veces al año y los hombres, hasta cuatro. La cantidad de sangre extraída de los voluntarios es 430 ml, aproximadamente 13 % de la volemia (cantidad total de sangre). Toda unidad de sangre es analizada para seis enfermedades: hepatitis B, hepatitis C, sífilis, Chagas, virus de inmunodeficiencia humana y el HTLV, contemplada en una resolución ministerial que forma parte de la reglamentación de la Ley de Sangre. Si sale algo anormal en los análisis, se avisa inmediatamente a la persona. “Tomamos todos los recaudados necesarios para garantizar la salud del donante, así como de la persona que va a recibir. Disponemos de una base estable para que las personas puedan donar sangre con regularidad”.

Todos los años, desde el Programa Nacional de Sangre del Ministerio de Salud, hacen una convocatoria a inscripción de nuevos socios, pero las personas, en general, solo se acercan cuando necesitan una donación. Uno de los modos de revertir esta indiferencia social, según la directora, es educar sobre el tema desde la escuela primaria; es decir, concienciar a los chicos en el aula, así como a grupos juveniles, para que comiencen a trabajar en el tema del voluntariado. “En ese sentido, vamos a iniciar trabajos con las instituciones educativas y esperamos que nos abran las puertas”, concluye.

Verdaderamente es así. Toda instrucción cívica debe iniciarse en la primaria, para ir generando conciencia sobre la importancia de donar sangre. La práctica de la solidaridad nos mejora como personas y nos honra como ciudadanos.

dónde donar

Centro Nacional de Servicios de Sangre, sito en Gral. Santos (predio del Centro de Emergencias Médicas), todos los días, de 6:00 a 18:00.

Teléfono: 204-668.

Programa Nacional de Sangre/Casa del Donante, sito en Rca. Argentina n.° 222 e/ Boggiani y Mcal. López, de lunes a viernes, de 7:00 a 12:00. Teléfono: 606-364.

Algunos requisitos para donar sangre

• Gozar de buena salud.

• Tener entre 18 y 65 años. Desde los 16, con autorización de los padres.

• Pesar más de 55 kg.

• Haber descansado, al menos, seis horas la noche anterior.

Algunos principios éticos

• La donación debe ser libre y voluntaria; el donante no debe recibir presiones que lo obliguen.

• Debe ser gratuita; el pago está legalmente prohibido.

• Se deben preservar los datos del donante.

• Debe constituirse en un acto solidario, cívico, responsable y habitual, que contribuya a garantizar sangre segura y de calidad.

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