El tratamiento térmico es una tecnología que favorece la sanidad de las yemas. De acuerdo al Ing. Agr. Rubén Cardozo, especialista en compostaje y tratamiento térmico, el proceso consiste en introducir las yemas o semillas en agua, a temperatura de 52 °C, por término de media hora. Luego, el material vuelve a la parcela para ser sembrado. “Lo que se busca es reducir la enfermedad del raquitismo de la planta, que reduce hasta 15% el rendimiento de la caña de azúcar, entre otras enfermedades”, comentó Cardozo. El tratamiento térmico de semillas es aplicado a los semilleros madre, que formarán parte del semillero comercial. Para asegurar la brotación, habrá que depositar 12 a 14 toneladas de semillas por hectárea, lo cual representa 20 yemas por metro. Actualmente, cualquier tecnología aplicada a la producción busca dar longevidad al cultivo. A esto se le suman, el sistema de fertilización y las buenas prácticas agrícolas.
FERTILIZANTES NATURALES Los cultivares reciben una fertilización orgánica, mediante la aplicación de dos insumos básicos: el compost microbiológico (sólido) y la vinaza (líquido), ambos residuos de la industria, que atraviesan por un tratamiento para su estabilización y utilización. El primero, a razón de 10 toneladas por hectárea, mientras que la segunda varía en 150 metros cúbicos para cultivo y 300 metros cúbicos para preparación de suelo.