Ante los efectos perjudiciales del cambio climático, agravados por la acentuada deforestación, deterioro del ambiente, del suelo y fuentes de agua, la sociedad tiene que tomar conciencia del valor inestimable que tienen y brindan los árboles para la vida humana en el planeta, así como para la diversidad biológica.
BENEFICIOS
Resultan innumerables los beneficios que los árboles brindan a los ecosistemas y los habitantes de las comunidades urbanas y rurales del país. Así, purifican el aire al absorber dióxido de carbono, el principal gas de efecto invernadero, proveen de sombra a las personas y animales —un beneficio más que necesario en los períodos de intenso calor—, protegen al suelo de la erosión hídrica y eólica, resguardan de los fuertes vientos a modo de cortinas rompevientos, y constituyen un patrimonio que encierra hasta valores históricos y culturales para las ciudades y comunidades rurales de todo el país.
Tienen un valor estético, ornamental, de bienestar y relajación, pues se acompañan con flores de diversos aromas, formas y texturas que resultan agradables a la vista. Actúan como “filtros naturales” purificando el aire, eliminando gases tóxicos y produciendo el oxígeno, vital para la vida de los seres humanos, plantas y animales.
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Ayudan a eliminar partículas contaminantes de polvo, cenizas, polen y humo que causan daños a los pulmones, vista y mucosas nasales del hombre.
Se emplean en diseños arquitectónicos para definir espacios y paisajes, como complemento de variados tipos de construcciones. Sus frutos, hojas, semillas, corteza y raíces se emplean en variados alimentos y medicamentos, para el hombre y animales.
Actúan como aisladores y absorbentes de ondas sonoras y demás ruidos producidos por vehículos, microbuses, industrias y otros, reduciendo la contaminación sonora. Proveen el hábitat para la vida animal y vegetal. Protegen al suelo de la erosión del agua de lluvia. Al caer la lluvia sobre la copa de los árboles, las gotas amortiguan su velocidad de caída y, con ello, su impacto sobre la superficie de los suelos. Proveen al suelo de las hojas que caen y, cuya descomposición natural, contribuyen a mantener la fertilidad del mismo. Con un manejo responsable, suministran de madera y carbón, una fuente de energía no renovable, la cual se utiliza en la construcción de casas, botes, muebles y artesanía. Incrementan el valor de las fincas y propiedades en un 20 % promedio.
CONCLUSIÓN
Pese a reconocerse sus innumerables beneficios para la vida, se prosigue con la tala indiscriminada en el campo y con el corte de árboles añosos en distintos puntos de las ciudades: un hecho que habla de la insensibilidad del hombre que justifica con el nombre de progreso y otros. Al Gore, político y ecologista norteamericano, Premio Nobel dela Paz2007, señaló: “Los árboles son parte de la solución contra el cambio climático, el mayor problema que hemos enfrentado nunca”.
(*) Especialista en Comunicación Rural
