Nutrición en corrales de engorde - Dr. Oscar Antonio Tami Vasconsellos (*)

Este artículo tiene 9 años de antigüedad
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Como la gran mayoría de los fenómenos biológicos, la nutrición es el resultado histórico (en el tiempo) de la interacción íntima entre los designios metabólicos heredados genéticamente y lo que puede llamarse la “historia ambiental” del organismo. Está compuesta en primer término por la alimentación, pero en forma no menos importante por el ambiente físico y biológico integrados en el tiempo.

Tanto los factores genéticos como los ambientales pueden caer en dos categorías: los factores que son sinérgicos con la nutrición y los que son antagónicos y, evidentemente, se pueden producir diversas combinaciones.

Si todos los factores o, al menos, la mayoría son favorables e interactúan oportuna y correctamente, se alcanzará una nutrición óptima o una nutrición cercana a lo óptimo. Pero si uno o más de esos factores son suficientemente desfavorables, la nutrición se alejará de lo deseable (desnutrición).

Los factores digestivos son mecánicos, secretorios, químicos y microbiológicos. Los principales factores mecánicos son la masticación, deglución, regurgitación, vómito, motilidad gástrica e intestinal y defecación. Los factores secretorios son las actividades o trabajo de las glándulas digestivas. Los factores químicos son las enzimas, producidas por las glándulas digestivas y, las menos importantes, enzimas de las plantas y ciertas sustancias químicas no enzimáticas (por ejemplo: el ácido clorhídrico), producidas por las glándulas digestivas. Los factores microbiológicos son las bacterias y, posiblemente, en algunas especies, los protozoos, es decir, la microflora y microfauna.

ALIMENTOS

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Corresponden a mezclas de principios alimenticios. Para cubrir las necesidades nutritivas de un animal, la alimentación es correcta cuando sigue las siguientes leyes:

Ley de la cantidad: la alimentación debe ser suficiente en cantidad, siendo el principal parámetro la cantidad de calorías que aporta.

Ley de la calidad: la alimentación debe ser variada, que ofrezca todas las sustancias esenciales.

Ley de la armonía: la alimentación debe proveer los nutrientes en una proporción correcta; es decir, glúcidos, lípidos, proteínas y aminoácidos (la mayor parte no son esenciales para los rumiantes, pues tienen una población sustancial de microorganismos intestinales), macro y microminerales (el cobalto es fundamental en los rumiantes para la síntesis de cobalamina por los microorganismos del rumen), las vitaminas hidrosolubles no son esenciales en los rumiantes), vitaminas liposolubles A, D, E y agua abundante, fresca y limpia.

Ley de la adecuidad: la alimentación debe ser adecuada para cada condición fisiológica en particular.

Es excepcional el alimento natural que contiene todos los principios alimenticios en la cantidad justa y la calidad adecuada. De aquí que para el animal es necesario usualmente tomar una variedad de alimentos para conservarse sano.

SISTEMA DIGESTIVO EN BOVINOS

El tracto alimenticio se extiende desde los labios al ano. En relación a su complejidad y longitud, el tracto digestivo en el ganado vacuno (rumiante) es largo y complejo. La longitud absoluta promedio del intestino delgado (46 m), ciego (88 cm) y colon (10,18 m) del ganado vacuno es de más de 57 m. Se considera la relación de la longitud del cuerpo a la longitud del intestino. La capacidad absoluta promedio de las diferentes partes del canal gastrointestinal (estómago: 252,5 l, intestino delgado: 66,0 l, ciego: 9,9 l, colon y recto: 28,0 l), es de 356,4 l.

In vivo, la longitud promedio del intestino delgado y grueso reunidos es de aproximadamente 19 m. En la autopsia, la longitud promedio reunida es tres veces superior.

El ganado vacuno emplea mucho tiempo en la masticación. Realiza un promedio de 94 movimientos de maxilar por minuto cuando comen grano y ensilado, y 78 movimientos por minuto cuando comen heno. Además de los movimientos mandibulares de lateralidad y hacia arriba y abajo, durante la ingestión de alimentos, realiza unos 26.400 movimientos durante la rumiación. Así, hay un total aproximado de 42.000 movimientos mandibulares diarios del ganado vacuno, dependiendo de la naturaleza del alimento ingerido.

RUMIANCIÓN

Dependiendo de la ración ingerida, los novillos invierten, en una ración que no contiene heno, el 4.5 % del día y la rumia es lenta y negligente. Con una ración de heno solamente 3.6 % del día. El número promedio de rumiación en las 24 h es de 14, la duración de los periodos varía de unos pocos minutos a 1 hora.

El tiempo total empleado diariamente en la rumiación varía considerablemente con los diferentes animales, con las distintas raciones y épocas del año. Se estima un tiempo mínimo de 7 h y un máximo aproximado de 10.5 h por día.

Además de los movimientos puramente masticatorios, existen movimientos concomitantes de la lengua y los carrillos por lo que se mantienen los alimentos entre los molares y se van llevando gradualmente hacia atrás para deglutirlos.

CANTIDAD DE SALIVA

Es enorme en el ganado vacuno, mucho más en los novillos en confinamiento.

Los alimentos secos absorben cuatro veces su peso de saliva, los granos un poco más de su propio peso y los pastos verdes solo la mitad de su peso.

La cantidad de secreción salival está nuevamente relacionada con la cantidad de agua del alimento.

Se estima que el ganado vacuno en confinamiento segrega unos 56 l de saliva en 24 h. En los animales rumiantes la saliva es netamente alcalina. La saliva del ganado vacuno no contiene enzimas proteolíticas, es decir, amilasa.

El alto contenido de bicarbonato y fosfato hace que la saliva sea un buen amortiguador del ph en el rumen.

ESTÓMAGO EN EL VACUNO

El estómago del ganado vacuno es complejo, formado típicamente de cuatro compartimientos o divisiones llamados rumen o panza, retículum o redecilla, omasum o librillo y abomasum o cuajo. Uno solo (abomasum) de los cuales segrega jugo gástrico.

El estómago de los rumiantes, caracterizado anatómicamente por su gran tamaño y división en varios compartimientos distintos, parece ser una modificación evolutiva del estómago simple. Su capacidad varía ampliamente con la edad y tamaño del animal. En el ganado bovino grande es de 150 a 230 l, en el medio es de 110 a 150 l y en los animales pequeños, de 90 a 130 l.

En el ternero recién nacido, los tres primeros compartimientos son pequeños, luego se desarrollan conforme crece el animal y pasa de la dieta láctea a otra que contenga grano y forraje.

A la edad de 14 a 18 meses, los cuatro compartimientos alcanzan sus tamaños relativos permanentes.

El estómago del vacuno no se vacía entre las ingestas, requiere un ayuno de muchas horas de duración antes de vaciarse. La disposición anatómica y el gran tamaño del estómago de los rumiantes, con la mezcla y cambios resultantes en las ingestas, hace inseguras las mediciones de la velocidad de tránsito de los residuos alimenticios a través del tracto digestivo.

En el estómago de los rumiantes, las enzimas bacterianas atacan las celulosas, carbohidratos y proteínas. Además de sus importantes funciones motoras, estos compartimientos, especialmente el voluminoso rumen, sirven como lugares de extensas actividades químicas y microbiológicas.

Los ácidos grasos volátiles encontrados en el rumen son los productos finales del ataque microbiano a los carbohidratos alimenticios y cuando se absorben constituyen una importante contribución a la nutrición del ganado vacuno en particular.

GASES O AVENTADO RUMINAL

A diferencia de otros animales rumiantes y monogástricos, las fermentaciones que se verifican en el rumen del ganado vacuno de naturaleza anaeróbica dan lugar a una considerable producción de gases.

El gas distiende la panza y esta ejerce presión sobre el diafragma, el animal eventualmente muere de asfixia o por shock. La fermentación que se produce en el interior del rumen origina burbujas de gas. Este incluye: dióxido de carbono (CO2) y metano (CH4), principalmente en cantidades sorprendentemente grandes. Un vacuno puede producir tanto como 800 l de CO2 y 500 l de CH4 en 24 h.

Algo de este gas, quizá la cuarta parte, escapa vía corriente sanguínea a los pulmones y es espirado, pero aún queda una gran cantidad que solo puede ser expulsada mediante eructos. Si algo lo hace imposible, el gas ejerce presión sobre el diafragma, corazón y pulmones, de manera que el animal apenas es capaz de respirar y se agota considerablemente.

La composición de los gases del rumen es poco influenciada por la clase de ración ingerida, pero se eleva bruscamente con el tiempo transcurrido después de la última ingestión, para ir descendiendo gradualmente. La cantidad de alimentos ingeridos y la cantidad de gases formados están en relación directa.

TIMPANISMO

El timpanismo, aventado o superdistención del rumen, sin duda alguna, es un problema individual en los corrales de engorde en el ganado vacuno y su incidencia aumenta con el incremento de grano en las raciones.

La susceptibilidad de cada animal con respecto al meteorismo varía ampliamente. Algunos de los factores que condicionan esta susceptibilidad parecen ser hereditarios, pero su naturaleza exacta no ha sido definida. Otros factores que interfieren con la capacidad del animal para eructar son: la obstrucción física del esófago, parálisis de la pared muscular del rumen y espuma del contenido ruminal.

La acidosis metabólica es una afección aguda de los rumiantes sometidos a engorde a corral y se caracteriza por indigestión, estasis del rumen, deshidratación, acidosis, toxemia, incoordinación, colapso y, frecuentemente, muerte del animal. Esta afección está causada por la ingestión excesiva de alimentos ricos en almidón o azúcar, como son, por ejemplo, los granos de cereales, el maíz y la ración de gran contenido energético que favorecen la proliferación de bacterias positivas en el rumen produciendo un exceso de ácido láctico D y L.

Se considera que la falla en el reflejo salival secretor por estimulación mecánica del cardias del estómago está ocasionada por la falta de forraje o materia seca en la ración.

DIGESTIBILIDAD

La digestibilidad del alimento ingerido varía con relación a su naturaleza e individualidad del animal. En los herbívoros rumiantes (ganado vacuno) es comparativamente baja a causa de la gran cantidad de fibra bruta presente en el alimento. La propia fibra bruta es solo parcialmente digestible, incluso en el ganado vacuno. La falta de la digestión completa de la celulosa provoca, por tanto, un fallo de la digestión completa de ciertas sustancias intrínsecamente digestibles y resultan unas heces copiosas.

La digestibilidad de un forraje señala la proporción aprovechable de las sustancias nutritivas que contiene, es decir, proteínas, hidratos de carbono, grasa y fibras.

CONTENIDO ACUOSO DE LAS HECES

El contenido acuoso de las heces en el ganado vacuno es de 83 %. La explicación probable reside en el hecho de que la porción terminal del colon está muy desarrollada. Las heces contienen grandes cantidades de residuos alimenticios y relativamente pequeñas cantidades de productos de excreción.

La gran cantidad de residuos alimenticios en las heces se explica por el alto contenido en fibra bruta de los mismos.

El ganado vacuno (novillo), cuando es sometido a raciones de engorde en confinamiento elimina hasta entre 40 a 45 kg o más, diariamente. Los vacunos defecan usualmente con mayor frecuencia que los equinos-caballos, es decir, de 10 a 24 veces más diariamente.

Las observaciones indican que en la época de calor el ganado vacuno se alimenta en las primeras horas de la mañana y ultimas horas de la tarde, mientras que en periodos más frescos tienden a alimentarse más hacia el mediodía.

El ganado vacuno, toma aproximadamente las 3/5 partes de su alimento durante el día y las 2/5 partes restantes en horas de la noche, de ahí la gran importancia de la adaptabilidad, rusticidad y habilidad de crecimiento del animal destinado al engorde en confinamiento en el trópico y subtrópico.

PALATABILIDAD

Los datos con respaldo científico-práctico sobre la palatabilidad de las raciones durante las épocas cálidas en el trópico y subtrópico son muy dispares debido al gran número de factores que influyen sobre la misma. Parece ser que las características físicas del alimento-raciones deben ser extremadamente precisas, en especial en los climas cálidos (húmedos y secos), pues los mismos desempeñan un papel muy importante después que el alimento es recibido por el estómago, en el cual se somete a diversos factores que colectivamente constituyen la digestión gástrica e intestinal respectivamente.

Es importante, en la elaboración de los fardos de heno, reunir en las pasturas la máxima palatabilidad con gran densidad, reduciendo al mínimo las perdidas por disminución de la misma. Hay que buscar un equilibrio entre el desarrollo que condicione el rendimiento, el valor nutritivo, palatabilidad y digestibilidad de la pastura destinada a la elaboración de heno.

(*) Especialista en producción animal