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Emi Kasamatsu, profesora de ikebana, se inspiró en la elaboración de los arreglos florales y nos presenta tres trabajos que transmiten armonía, sencillez, serenidad y belleza.
“Antes de iniciar el ikebana se deberá considerar la proporción y el espacio, con respecto al recipiente con el que se cuenta. Además en esta temporada una alternativa es elegir colores pertenecientes a la estación, como rosadas, anaranjadas, amarillas, como se observa en el arreglo”, aconseja Kasamatsu.
Las plantas se pueden obtener del propio jardín o comprarlas de las florerías. En tanto, para los recipientes todos son bienvenidos, tanto los de cerámica, de plástico, de laca, etc. Y los pinchaflores son muy útiles para sostener las plantas.
“La especie denominada cola de tigre es ideal si desea dar altura al arreglo, mientras que los lirios aportan su toque de elegancia”.
Si se agrega agua los recipientes que se encuentran a la vista dan una sensación de vida y serenidad.
Gracias al ikebana se logra una conexión única con la naturaleza, se observan los tamaños, los colores y las formas de la sabia naturaleza. Este arte japonés es único, pues relaja el alma y el cuerpo.